Día 1 y 2.- Vuelo Madrid – Colombo. Traslado a Anuradhapura y visita de Mihintale.
Vuelo Madrid – Colombo (Sri Lanka):
Traslado desde el Aeropuerto de Colombo hasta Mihintale.
Visita de Mihintale
Sea como fuere, la verdad es que la visita a Mihintale (500 LKR) merece mucho la pena, y si hoy tuviera que elegir, prescindiría de Anuradhapura y el buda de Aukama, para ascender la colina de Mihintale hasta su cima y contemplar desde allí el atardecer.
La leyenda de Mihintale, la cuna del Budismo Cingalés.
Situada a 10 kilómetros de Anuradhapura, cuenta el libro sagrado de Mahavamsa que a mediados del siglo III a.C. el emperador Ashoka (India), famoso por su crueldad, construyó una prisión donde se dedicaba a torturar a los presos. Un día intentó torturar a un monje budista que parecía inmune al sufrimiento. Ashoka, impresionado, se convirtió al budismo, destruyó la prisión y se propuso construir 84.000 estupas budistas por todo el imperio. Envió a su hijo Mahinda a difundir las enseñanzas de Buda a Sri Lanka, que estaba gobernada por el rey Devanampiyatissa, con quien se encontró en la colina de Mihintale. Mahinda consiguió convertir al rey y los 40.000 habitantes de Anuradhapura al budismo tras su encuentro, razón por la cual Mihintale es considerada la cuna del budismo cingalés.
A pesar de no resultarnos fácil, sobre todo teniendo en cuenta que íbamos con la Martina y sus 13 kilos cargados en la mochila portabebés, finalmente conseguimos ascender, como si de otros peregrinos se tratara, hasta el mismo Aradhana Gala, la roca más elevada de la colina en cuya cima se supone que Mahinda aterrizo en su “vuelo” desde la India hasta Sri Lanka.
Las vistas desde la cima son verdaderamente espectaculares. A un lado: la Maha Saya, gran estupa blanca construida por el rey Mahadathika Mahanaga y cuya base es de 136 pies de diámetro, la más pequeña Stupa Ambasthala, y una gran estatua de buda encalada; al otro, la inmensa llanura verde que rodea el monte y se pierde en el horizonte.
Termínanos el día cenando en nuestro hotel. Rotos como estábamos no os importó que aquello estuviera tan aportado y no hubiera otras opciones para la cena. Además, después del día tan ajetreado que llevábamos, la cena, aunque cara, nos supo a gloria.