Llevábamos muchos años oyendo a otros viajeros recomendar con entusiasmo la experiencia de adentrarse, a bordo de un klotok, en el Parque Nacional de Tanjunt Puting (Kalimata – Borneo Indonesio). La atracción consiste en pasar dos días surcando el rio Sekonyer visitando los distintos centros de rehabilitación de orangutanes que existen en su interior, donde pueden verse orangutanes en semilibertad que son llevados allí para ser alimentados y rehabilitados para volver a la vida en libertad.
Para muchos viajeros es una de las mejores experiencias que pueden disfrutarse en Indonesia y una de las pocas formas que existen en la actualidad de tomar contacto directo con estos impresionantes animales en peligro de extinción con el que compartimos un 97 por ciento de nuestro ADN. Los otros lugares donde puede verse son en la Isla de Sumatra (Bukit Lawang. Parque Nacional Taman Gunun Leuser), y fuera de Indonesia, en el Borneo Malayo, en los centros de recuperación de Orangutanes de Semenggoh y Sepilok.
La verdad es que siempre fue un destino que teníamos en mente y que llegamos a sopesar muy seriamente cuando viajamos por primera vez a Indonesia. Entonces terminamos decantándonos por conocer Bali y Sulawesi.
Las ganas de ver orangutanes se acrecentaron con la llegada a nuestras vidas de Martina, así que en 2018, cuando nos planteamos viajar por Malasia, no tuvimos ninguna duda en añadir a nuestro itinerario la visita a Kuching y el centro de recuperación de orangutanes de Semenggoh (ver post: Qué ver en Kuching: Orangutanes en Semenggoh, cocodrilos y cuevas). Aquella primera experiencia con los orangutanes fue buena, aunque ciertamente esperábamos más, y nos resultó quizás demasiado turístico.
Esta vez nuestras expectativas eran mayores, pues a la atracción de ver los orangutanes en un espacio selvático mucho más remoto y grande, se añadía la experiencia de hacerlo a bordo de un barco donde pasaríamos dos días completos.
– El parque Nacional de Tanjung Puting.
Tanjung Puting es el parque nacional más visitado de Kalimatan (la parte indonesia de la isla de Borneo). Se extiende a lo largo de 415.040 hectáreas de tierras secas dipterocarpáceas, manglares, bosques costeros y de playa. Al margen de tener una de las últimas y más grandes poblaciones de orangutanes en libertad, pueden verse también especies tan exóticas y difíciles de ver en otros lugares como el mono narigudo (Nasalis larvatus) y el rinoceronte de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis).
A pesar de su importancia medioambiental, y también turística, el parque es víctima de la desforestación y de las plantaciones de palma, lo que esta provocando una importante disminución del número de ejemplares de orangutanes y demás especies endémicas. Con todo se supone que en la actualidad hay alrededor de 6.000 orangutanes en el Parque, lo que constituye el mayor asentamiento mundial de orangutanes en libertad de todo el planeta tierra. No obstante la cifra oficial, el guía nos comenta que las estimaciones mas realistas hablan de no más de 4.500 ejemplares.
– Qué es un klotok.
Un klotok es un barco de madera especialmente diseñado para remontar las tranquilas aguas de los ríos y que recibe su nombre por el ruido que hace su motor diesel. Normalmente consta de dos plantas, la inferior, completamente cerrada donde se encuentra el cuarto de baño, la cocina, la cabina de mandos y las habitaciones de la tripulación. La planta superior o cubierta, es semiabierta, pues esta únicamente techada, y es la zona dedicada a los pasajeros. Esta parte es diáfana, y cuenta con una mesa de comedor donde se sirven las comidas, una zona de hamacas y una parte central donde se colocan los colchones para dormir. Aunque está abierta por los laterales, por las noches se tapan con unas lonas o toldos que impiden que entre en el interior el agua de lluvia y protegen la estancia algo de fresco nocturno. También se protegen los colchones con mosquiteras.
La tripulación del klotok en nuestro caso estaba formada por el patrón, un ayudante, una cocinera y nuestro guía.
– Cómo llegar a Tanjung Puting.
Sólo se puede acceder al Parque de Tanjung Puting en barco a través del rio Sekoyer. Los barcos salen de la pequeña población de Kumai, muy cerca de Pangkalan Bun, que es la población donde llegan los vuelos procedentes de Java.
– Volar hasta el Parque Nacional de Tanjung Puting (Aeropuerto de Pangkalan Bun):
Hay vuelos directos hasta Pangkalan Bun desde los aeropuertos de Yakarta, Semarang y Surabaya, todos ellos en la cercana isla de Java. En nuestro caso, optamos por volar desde Semarang, pues veníamos a Yogyakarta, y luego volver a Java a través de Surabaya para ir a ver la cascada de Tumpak Sewu.
– En coche desde Yogyakarta hasta Semarang para volar a Pangkalan Bun:
Desde el aeropuerto de Yogyakarta hasta Semarang hay algo más de 4 horas en coche. Este trayecto lo hicimos con un taxi que negociamos en el propio aeropuerto de Yogyakarta al llegar (700.000 INR), desde la ciudad de Yogyakarta el trayecto hubiera sido algo más corto (inexplicablemente el Aeropuerto Internacional de Yogyakarta está a una hora de la ciudad). Con tiempo se puede dedicar un día completo para hacer el trayecto y aprovechar para ver el templo Borobodur. Otras opciones de visita en ese trayecto de Yogyakarta a Semarang son los arrazoles de Cansi Slogriyo o el templo de Gedong Songo.
– Nuestra experiencia. Qué ver durante la excursión en Klotok por el Parque Nacional de Tanjung Puting.
Dedicamos los tres días y dos noches que duró nuestra excursión a remontar el rio Sekonyer visitando por el camino los tres centros de recuperación de orangutanes. Hay excursiones de más días que combinan la estancia en Klotok con alguna noche en un Lodge en la selva. También existe la posibilidad de conocer el Parque Nacional en el día accediendo en lanchas rápidas hasta alguno de los centros de recuperación.
Normalmente los tours empiezan en el propio aeropuerto de Pangkalan Bun a donde llegan los vuelos a primera hora de la mañana, y a donde acuden los operadores para recoger a los turistas y poner rumbo al muelle de Kumai. Nosotros, consecuencia de la cancelación y obligado adelanto del vuelo en un día, tuvimos que pasar el día anterior en Pangkalan Bun, y aunque esperábamos poco de nuestra estancia la verdad es que pasamos un día muy agradable en el pueblo de Pangkalan Bun disfrutando de un paseo por el muelle del rio Arut, donde están muy poco acostumbrados a ver turistas extranjeros.
– Día 1: Tanjung Harapan y trekking nocturno.
Ya en el barco, después de tomar un café y conocer a la tripulación pronto se pusimos rumbo a la desembocadura del rio Sekonyer, a escasos 20 minutos, donde comienza la aventura por el Parque Nacional de Tanjung Puting.
La primera parte del recorrido discurre por zona de manglares y palmeras. El rio hace las veces de frontera de forma que solo el margen derecho es Parque nacional.
Antes de nuestra primera parada disfrutamos de la primera comida a bordo. Curri de pollo, tortilla, y verdura salteada. Estaba todo buenismo y las cantidades fueron muy abundantes.
También tuvimos oportunidad de ver unos cuantos monos narigudos. No los vimos tan de cerca como cuando estuvimos en el Parque Nacional de Bako (Broneo Malayo) (ver post: Parque Nacional de Bako en Kuching. Trekking y monos narigudos), pero si lo suficiente, para volver a disfrutar de estos graciosos primates.
Pronto hicimos nuestra primera parada en el Centro de Recuperación de Orangutanes de Tanjung Harapan. Allí, todos los días a las 15:00 alimentan a una familia de orangutanes en recuperación. Los cuidadores colocan en unos comederos unos cuantos kilos de plátanos y cañas de azúcar, y comienzan a aullar para llamar a los orangutanes que no tardan en aparecer descolgándose de los árboles que se adentran en la selva. Con permiso de los macacos que también acuden a la llamada, el primero en comer siempre es el macho alfa, y sólo cuando se sacia, comienzan a acercarse el resto de miembro de la manda.
El festín es contemplado de cerca por todos los turistas que acuden también puntuales a la llamada y que se agolpan a escasos cincuenta metros. Resulta formidable ver aparecer esos enormes animales del interior de la selva y observar como su comportamiento no dista mucho del nuestro.
Después de algo más de una hora de espectáculo volvemos al barco para merendar y continuar nuestro periplo por el rio. Volvemos a ver monos narigudos y disfrutamos del bonito atardecer.
Antes de cenar, cuando cae el sol, el patrón nos devuelve nuevamente a tierra para hacer el trekking nocturno. Se trata de una excursión a pie por la selva con la única luz de los frontales. Gracias a los guías podemos ver multitud de insectos y algún que otro animal. Las hormigas y las arañas tienen aquí un tamaño descomunal. La excursión nos gustó mucho, y es otra forma de conocer la selva que merece mucho la pena.
De vuelta al barco dimos cuenta de la cena, a base de pescado frito y curri de gambas. Llegó el momento en el que la tripulación pone las mosquiteras. Dormir en el rio, rodeado de selva, es ciertamente una de las mejores experiencias viajeras que se pueden tener. El ruido de la selva bajo el cielo estrellado es algo difícilmente superable.
– Día 2: Pondok Tanggui y Camp Leakey.
La vida en la selva comienza temprano. Con los primeros rallos de sol y el canto de los pájaros es difícil no madrugar.
Tras el desayuno pronto hacemos la primera para del día. Se trata del Centro de Recuperación de Pondok Tanggui, donde a las 09:00 de la mañana se repite el espectáculo de la comida. Esta vez llegamos a estar a escasos metros de los orangutanes que parecen no preocuparse demasiado por nuestra presencia allí.
De vuelta al barco, iniciamos el trayecto más largo de todo el viaje hasta el último campamento, donde llegamos tras la comida. Se trata Camp Leakey. El más antiguo y remoto de todos los campamentos. Fue la última ocasión que tuvimos de ver de cerca a los orangutanes así que nos lo tomamos con mucha calma. Quizás por ser el más remoto es donde menos turistas nos encontramos y donde más “natural” nos resultó la experiencia.
Era el momento de retomar el camino de vuelta dirección a Kuamai. Como nuestro vuelo salía muy temprano al día siguiente (09:00), debíamos descender el rio hasta casi su desembocadura para pasar la noche allí, y llegar con tiempo al día siguiente hasta el muelle de Kumai para tomar el camino de vuelta. Por suerte, también allí, pudimos disfrutar de una nueva noche en la selva, esta vez, acompañados de algunas luciérnagas.
– Día 3. Vuelta a Kumai.
Fuimos los primeros de la selva en despertar aquella mañana. Para cuando comenzaban a salir los primeros rayos del sol nosotros ya estábamos poniendo rumbo a Kumai. Allí nos esperaba Jenie para llevarnos a tiempo al aeropuerto. Una pena que nuestro vuelo saliera tan pronto sino hubiéramos tenido más tiempo para continuar navegando por el rio, e incluso para visitar el mercado local de Kumai antes de acercarnos al aeropuerto.
Terminaba nuestra excursión por el Parque Nacional de Tanjung Puting. Para nosotros la experiencia había colmado las altas expectativas creadas, y la recordaremos como uno de nuestros mejores momentos viajeros. Es verdad que los orangutanes no están realmente en libertad, dependen de la comida que les suministran en los centros de recuperación, y es sólo en el momento de la comida cuando pueden verse, pero es de las pocas formas que por desgracia existen en nuestros días para ver a estos fantásticos animales en su hábitat. Además, la experiencia de adentrase en la selva a bordo de Klotoc y dormir allí durante dos días hacen de la experiencia algo inolvidable.
– Cómo contratar la excursión en Klotoc y con quién hacerlo.
Hay múltiples operadores locales, y propietarios de Klotoc, que ofrecen sus servicios para realizar estas excursiones. Nosotros contactamos a través de internet con muchos de ellos y solicitamos presupuestos para hacer la excursión de 3 días y 2 noches en barco privado. Después de cruzar diversos correo electrónicos con los que nos parecieron más razonables y económicos terminamos contratando la excursión con Jenie Subaru (jeniesubaru@gmail.com – http://jeniesubaru.blogspot.com), no sin antes solicitarle que nos enviara alguna fotografía del Klotoc. La verdad es que quedamos encantados con el Klotoc, el guía, y la cocinera.
Los precios que nos ofrecieron van desde los 320.000 INR hasta los 500.000 INR por persona, y ello en función del operador. Por lo que luego vimos, los servicios y los klotocs son todos muy parecidos. El precio incluye los traslados desde el aeropuerto, todas las comidas y bebidas, las entradas al Parque Nacional y los centros de recuperación, la excursión nocturna y el guía.
De primeras puede parecer caro, y es una actividad que engorda cualquier presupuesto de viaje, pero realmente merece la pena, y si te paras a pensar los costes que conlleva mover el barco y visitar el Parque Nacional al final no es tan caro.