Día 7: Kandy – Nuwara Eliya. En tren por las tierras altas
Hoy tocaba madrugar. Nuestro tren con destino a Nuwara Eliya salía a las 8:40 AM desde la estación central de Kandy.
De nuestro hotel a la estación había unos 20 minutos andando, pero siendo tan temprano preferimos hablar con la dueña de nuestro hotel para ver si nos podía llamar a un tuk tuk que estuviera dispuesto, no ya a acercarnos a los 3 a la estación, sino a hacerlo junto con nuestro equipaje (dos maletas, una de importantes dimensiones, un cochecito de bebe, y un par de mochilas). La verdad es que teníamos serias dudas de que algún tuk tukero aceptara el reto. El caso es que a los cinco minutos teníamos todo nuestro equipaje perfectamente acomodado en el tuk tuk, con espacio suficiente para nosotros, y para algún bartulo más si hubiera hecho falta.
Es increíble lo que puede entrar en un cacharro de esos, no me extraña que a Martina le gustaran tanto. Lo que en Asia es algo cotidiano, en España conllevarían un detención policial e inmediata puesta a disposición judicial.
En poco más de cinco minutos de entretenidisimo trayecto, el tuk tuk nos dejó en la pequeña estación central. Nada más bajarnos, nos dirigimos rápidamente al andén correspondiente, donde con algo de retraso apareció nuestro vetusto y encantador tren azul.
Trayecto en tren desde Kandy hasta Nuwara Eliya
Pronto nos dimos cuenta de lo bien que hicimos pidiéndole a Manoj que nos comprara con antelación los billetes en segunda clase con asiento reservado (600 LKR/PP). Mientras nosotros íbamos comodamente sentados en nuestro vagón, donde había incluso muchos sitios libres, los vagones de segunda y tercera se veían completamente abarrotados, con gente incluso colgada de las puertas.
Habíamos leído opiniones de gente que recomendaba viajar en segunda o tercera clase sin asiento reservado, por aquello de interactuar con los locales. El caso es que no se si por razón de fechas, desde nuestra experiencia, corroborada después por otros varios turistas españoles con los que nos cruzamos después, lo más recomendable, más si cabe si se viaja con niños, es adquirir los billetes con asiento reservado.
El problema es que necesariamente hay que comprarlos anticipadamente a través de alguien que se encuentre en el país, pues sólo se pueden comprar personalmente en la estación. La otra opción, es adquirirlos vía internet para viajar en alguno de los vagones privados que van enganchados al tren principal, comercializados por Rajadhani ( www.rajadhani.lk) y Exporail (http://www.exporail.lk).
El caso es que nosotros le pedimos el favor a Manoj un mes antes de nuestra llegada a Sri Lanka, y ya sólo quedaban billetes para el trayecto de Kandy a Nuwara Eliya, pero no para el trayecto Nuwara Eliya a Ella. No llegamos a entender cómo era posible que los billetes estuvieran agotados un mes antes, cuando aquel día casi la mitad de los asientos en primera y segunda clase estaban libres.
A pesar de que la distancia a recorrer no debe superar los 80 KM, el trayecto dura cuatro horas, durante las cuales el tren lentamente atraviesa las tierras altas a través de colinas, valles, bosques, ríos, cascadas y plantaciones de té.
La exuberante belleza del paisaje se ve realzada por el encanto del lento traqueteo del tren. Todo ello, amenizado por vendedores ambulantes que suben y bajan en las distintas paradas para ofrecer bollos y frutos secos. La niebla deja entrever a las recolectoras de té, que aquel día, a pesar de la lluvia, continúan con su duro trabajo bajo los paraguas.
Según nos acercamos a Nuwara Eliya el paisaje se hace más espectacular si cabe, al tiempo que baja la temperatura hasta el punto de hacernos sentir frio. Una pena que aquel día el cielo estuviera tan encapotado, e incluso nos lloviera en gran parte del recorrido.
Intento fallido de comprar billetes de tren para hacer el trayecto entre Nuwara Eliya y Ella:
Una vez llegamos a la Nanuoya (población cercana Nuwara Eliya donde para el tren), nos bajamos junto con gran parte de los turistas que viajan en el tren, y corrimos raudos y veloces a las taquillas para intentar comprar algún billete para el día siguiente realizar el trayecto hasta Ella.
En las taquillas nos encontramos con varios grupos de turistas Españoles con la misma intención. Venían espantados de la experiencia vivida en segunda y tercera clase. Pronto en las taquillas nos informaron que los billetes en primera y segunda estaban completos, y que sólo quedaban billetes en tercera clase sin asiento reservado, y que hasta el mismo día de la partida no se ponían a la venta. Nosotros insistimos con el pretexto de que viajamos con la niña, pero claro, con el resto de turistas detrás, era difícil que el vendedor diera su brazo a torcer.
El caso es que creo que si hubiéramos ido más tarde, cuando no quedara allí ningún, el vendedor nos habría vendido los tikects para el día siguiente con asiento reservado sin demasiados problemas.
Traslado desde Nanuoya hasta Nuwara Eliya
En la estación cogimos un taxi que, por 700 LKR, nos acercó hasta nuestra Guest House, la recomendable Heidi´s Home. Abandonamos la estación con la idea de buscar alguna alternativa para trasladarnos al día siguiente hasta Ella, así que no dudamos en preguntarle al conductor cuanto nos cobraría por el trayecto. Nos propuso hacerlo por 6.500 LKR, lo cual nos pareció excesivamente caro, así que rehusamos su ofrecimiento, así como a los posteriores para hacer excursiones ese mismo día a las cercanas plantaciones de té de Mackwoods y Pedro´s.
a en el hotel, fuimos calurosamente recibidos por su amable propietario, y después de descansar un rato, salimos en busca de un tuk tuk que nos acercara hasta el centro de la ciudad (200 LKR).
Antes de salir, en la recepción nos encontramos con otra famila madrileña que viajaba con sus dos hijos pequeños (creo que de 7 y 9 años). Estaban muy acostumbrados a viajar con ellos por Asia, tanto que para ese año tenían previsto ir a Perú para cambiar de aires, pero al igual que nos pasó a nosotros, se les cruzó por el camino en Enero la oferta de Quatar Airways y decidieron dejar Perú para otro año y aprovechar para volar a Sri Lanka, y combinarlo también con una isla local en Maldivas (En su caso Mahafushi y Gulhi). Pasamos un buen rato compartiendo experiencias.
Cuando viajas al extranjero con niños siempre agradeces encontrarte con otras familias, y sentir que no estás tan loco por viajar con los pequeños por aquellos países.
Conociendo Nuwara Eliya
Nos bajamos frente a la estación de autobuses y la entrada al Victoria Park, que no visitamos pues se nos estaba haciendo de noche. Dimos una vuelta por el interesante mercado de frutas, y por el Bazar ruso, donde se suponían vendían ropa auténtica de North Face que fabrican allí a buen precio.
A nosotros la ropa no nos pareció para nada autentica, lo que además nos corroboró luego Manoj que nos aseguró que no hay ninguna fábrica de North Face en Sri Lanka, y que la ropa, como nos temíamos, era falsa y venia de China y Singapur.
Dimos también una vuelta por la Post Office, y los aledaños, con marcado aspecto brithish, tanto que por momentos pudiera parecer que te has trasladado a Gran Bretaña.
Cansados de andas bajo la lluvia, nos acercamos al Grand Hotel, y ya que estábamos allí, decidimos entrar a cenar al restaurante indio que tienen, el Grand India Restaurant. Con nosotros lo tenían fácil porque nos encanta la comida india, pero aún para quien no sea tan fan de la gastronomía India, el sitio es muy recomendable por su calidad y buen precio. Eso sí, hay que llegar pronto para no quedarse sin mesa y tener que hacer cola en la calle en espera de que quede alguna libre. El servicio es además lentísimo. Llegamos a las 6:00 de la tarde, y salimos a las 8:30.
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