Día 14: Marloth Park – P.N. Kruger (Campamento de Lower Sabie). Primer día de Safari en Kruger
– Entrada al Parque Nacional de Kruger por Crocodile Bridge:
Nos levantamos siendo aún de noche con la idea de llegar a Crocodile Bridge a su apertura, a las 06:00 y aprovechar al máximo nuestro primer día de Safari en el Parque Nacional de Kruger. Martina, aunque estaba muerta de sueño, con la ilusión de ver animales no se despegó de la ventanilla.
Llegamos a la puerta a eso de las 06:30 y ya hay una buena cola para hacer el registro. Tras comprobar nuestras reservas nos dan un plano, instrucciones de seguridad, teléfonos de asistencia y un gran sobre de papel. No tenemos que pagar nada aún, será en el Lower Sabie cuando hagamos el registro cuando nos cobren la entrada.
Dedicamos la mañana a recorrer los 40 kilómetros que separan los campamentos de Crocodile Bridge y Lower Sabie, combinando la carreta principal H4-2 con vías secundarias (S130, S137 y S28). Durante el trayecto no dejamos de alucinar con la cantidad de animales que veíamos a un lado y a otro. Una de las veces estuvimos bastante tiempo parados porque una familia de elefante tuvo a bien cruzar lentamente la carretera escasos metros de donde nosotros estábamos.
Por suerte, durante el trayecto pudimos hacer una parada para estirar las piernas, lo que se agradece bastante porque son muy pocas las zonas habilitadas donde está permitido bajarse del coche. Fue en el bonito Hide de Ntandanyath.
En cuanto veíamos un grupo de coche parados allá que nos plantábamos, pues era señal de que había algún animal interesante cerca.
El volumen de avistamientos fue in crescendo según nos íbamos acercando al campamento de Lower Sabie, que tiene bien merecida su fama precisamente por eso. Y es que al estar a las orillas de uno de los ríos más caudalosos del parque es lógico que alberge más vida animal en sus alrededores.
También es cierto que el paisaje es aquí más verde que en otras zonas lo que no siempre favorece los avistamientos, pues al haber más matorrales y arboles es más fácil que los depredadores puedan esconderse, y el campo de visión no es tan amplio.
– Campamento de Lower Sabie (Kruger). Alojamiento en Kruger.
Llegamos al campamento de Lower Sabie a las 12:00 con la idea de tomar posesión de nuestro Hut, dejar las maletas y continuar con nuestros avistamientos. El caso es que en la recepción nos dicen que nuestro Hut no está preparado y tenemos que esperar hasta la 13:00 para hacer el check-in. Ante tal panorama decidimos que lo mejor era sentarnos a comer en el bonito restaurante del campamento a las orillas del rio. Desde allí, pues estar sentado comiéndote una hamburguesa mientras ves elefantes, jirafas, e impalas como acuden a beber al rio en una estampa propia del rey de la selva.
Aprovechamos también para comprarle a Martina en la tienda de Lower Sabie el libro oficial del Parque con el dibujo y descripción de todos los animales en español, aparte de buenos mapas de carretera. Le hizo mucha ilusión, y nos sirvió para identificar todos los animales que vimos mientras los íbamos tachando. También etuvimos estudiando en panel de avistamientos donde la gente marca los lugares donde ha visto algún big five (salvo el Rinocerontes que no se marca para no dar pistas a los cazadores furtivos)
Ya a las 13:00 nos dirigimos de nuevo a recepción y pudimos hacer el check-in. Ante tuvimos que pagar la entrada del Parque correspondiente a ese día. En total 930 ZAR x 2 días (372 ZAR/Adulto y 186 ZAR/niño). La decepción vino cuando llegamos al Hut y comprobamos que aquello eran barracones militares sin ningún gusto, muy anticuados y descuidados. Una pena, porque con lo bonito que estaba resultando todo, el alojamiento lo desmerecía totalmente. Nada que ver con nuestros fantásticos alojamientos en Hlane o en Mliwane.
Descansamos un rato intentado reponernos de la decepción antes de decidir salir de nuevo a explorar los alrededores del campamento mientras caía la noche. Tan ensimismados andábamos por los caminos de tierra de la S128, que cuando nos quisimos dar cuenta era ya casi hora de cierre de puertas (18:00). El caso es que no tuvimos más remedio que apretar bastante el acelerador para intentar llegar en hora. En ese momento, tuvimos la suerte de cruzarnos con chacal que en cuanto nos vio salió despavorido. La verdad es que después de tanto elefante, y tanta jirafa, nos hizo mucha ilusión ver el chacal, que hasta el momento era lo más parecido a un león que habíamos visto.
En nuestro frenético viaje de regreso, se nos cruzó también lo que resulto ser una cobra mozambiqueña a la que terminamos pasando por encima con nuestro coche. No pudimos frenar a tiempo para no pisarla algo con la rueda, pero si para mirar por el espejo retrovisor y ver como se había erguido medio metro de suelo hinchando sus agallas en clara posición de ataque mientras escupía veneno al coche. Fue tan impresionante como terrorífico. Afortunadamente Martina no pudo verlo, sino me temo que no hubiéramos podido volver a salir de safari nunca más en la vida. Si ya íbamos con prisa al Parque, aquello nos hizo apretar más todavía el acelerador. Llegamos al Parque a las 18:00 justas, y estaban ya cerrando.
Antes de volver a nuestro Hut estuvimos pensando en si cenar de nuevo en el Restaurante, o comprar algo de carne en la tienda y hacer una barbacoa. Al final optamos por esta segunda opción, que como era de esperar tiene muchos adeptos, y la verdad es que es muy acertada.