Después de una pequeña charla informativa, donde asignan los barcos y explican el itinerario a seguir y la duración de las distintas paradas para bañarse y comer, partimos a toda velocidad con destino a nuestra primera parada durane nuestra excursión a las Hong Islands, la playa de Koh Rai, a la que llegamos en menos de 10 minutos.
La playa es tan bonita como pequeña, así que fue desembarcar y la zona de arena queda completamente cubierta por nuestros compañeros chinos que, ataviados con sus fosforitos chalecos salvavidas, pronto acabaron con el encanto de lugar. Es curioso, pero muy pocos chinos saben nadar, lo que nos les impide bañarse con chalecos salvavidas, incluso adentrase mar adentro para bucear haciendo snorkel.
La playa está formada por dos pequeños islotes unidos entre sí por una manga de mar, que cuando baja la marea permite ir andando de una a otra sin problemas. Cuando llegamos la marea estaba alta con lo que no se podía cruzar andando.
Nos dimos un baños y vimos bastante peces, aunque nada comparable con los que veríamos más tarde en Phi Phi, y es que aquí el agua aquí está mucho más turbia.
Playa de Koh Phak Bia
Nuestra siguiente parada es en la playa de Koh Phak Bia.
Se trata de una cala de menores dimensiones aún que la anterior, con lo que la aglomeración y agobio se hacen todavía más patentes. Estuvimos 20 minutos, el tiempo justo para darnos un baño y salir zumbando a nuestro siguiente destino, la famosa laguna de Hong.
Justo cuando nos íbamos del lugar llegaba un Longtail con apenas 6 pasajeros que a buen seguro se llevaría una visión mucho más idílica de la playa, y es que si volviera a repetir la excursión la haría, sin dudar, en Longtail, más tranquilo, más escénico, y sobre todo, sin las aglomeraciones de gente que conllevan las mucho más grandes speedboats.
La Laguna Hong
La Laguna Hong, a la que se accede por una pequeña apertura en la roca que la deja abierta al mar es realmente bonita, sobre todo porque está rodeada de acantilados cubiertos de vegetación. Una pena que no paráramos aquí un rato para darnos un baño.
Nos recordó mucho a otra laguna que visitamos en su día en la Bahia de Halong, y es que esta zona de Tailandia, guardando las distancias, tiene cierto parecido con aquella otra preciosa de Vietnam y sus características formaciones kársticas.
Playa de Koh Hong
Nuestra última parada durante la excursión a las islas Hong fue enla playa de Koh Hong, donde tras pagar la entrada al Parque Natural de las Hong Islands (300 Bahts por persona), nos dirigimos a la zona de merenderos para dar cuenta de nuestros almuerzos incluidos en el precio de la excursión.
La comida estaba compuesta por un menú individual con arroz, pad thai y pollo frito, y de postre sandia. El menú, sin ser gran cosa, se dejaba comer y cumplia su cometido de saciar el hambre.
Junto al merendero hay un memorial del Tsumani de 2004.
Después de la comida pasamos más de dos horas en esta fantástica playa, la más bonita sin duda de la excursión, donde disfrutamos los tres como enanos de su cálida agua.
Llegamos de vuelta a Ao Nang pasadas las 5 de la tarde, descansamos en el hotel, y como de costumbre salimos a dar una vuelta por el paseo marítimo, esta vez, en busca de contratar el transfer a Phi Phi para la mañana siguiente.
Terminamos en el mismo puesto que el día anterior, y sin mucho regateo cerramos el trato por 300 Bahts cada uno (traslado desde el hotel al muelle de Krabi y billete de barco hasta Phi Phi).
Para cenar, como seguimos sin encontrar ningún sitio que nos sedujera y tampoco teníamos muchas ganas de seguir buscando, terminamos de nuevo en el Blue Mango, donde la oferta de hoy era algo más cara, 660 Bahts.