Día 13: P.N. Mliwane (Suazilandia) – Marloth Park (Sudáfrica). Tarde de Barbacoa a las puertas del P.N. de Kruger.
Traslado desde el Parque Nacional de Mliwane en Suazilandia hasta Marloth Park en Sudáfrica.
Luego pusimos rumbo de vuelta a Sudáfrica, con la ilusión de dirigirnos a la que sería la guinda den nuestro viaje, el Parque Nacional de Kruger. Atrás dejábamos el curioso país de Swazilandia, que bien había merecido la pena visitar, y ello aún a pesar del estado de algunas de sus carreteras. Antes de abandonar el país tuvimos tiempo de pararnos un rato para que Martina jugara con un grupo de niños Swazis a los que terminamos regalando una bolsa de patatas fritas que guardaron contentos como un tesoro para compartirlo en una mejor ocasión.
En el control de pasaportes de la salida de Swazilandia, al comprobar que somos turistas extranjeros nos sometieron a una larga y tediosa encuesta sobre el país que nos llevó más de quince minutos completar. La entrada a Sudáfrica también nos llevó algo de tiempo.
Tarde de barbacoa a las puertas del Parque Nacional de Kruger.
Llegamos a nuestro hotel en la reserva privada de Marloth Park, el Royal Marlothi pasado el mediodía. Un bonito completo de Bungalows con una pequeña piscina privada y una enorme barbacoa.
Como no merecía ya la pena entrar al Kruger y pagar la entrada para unas pocas horas, decidimos que aquel día nos dedicáramos a hacer lo mismo que hacen allí los Sudafricanos en un fin de semana normal: pasar la tarde en la piscina y terminar el día disfrutando de una fantástica barbacoa. Con esa idea nos fuimos a la carnicería y nos proveímos de unos buenos chuletones, algo de verdura y una buena botella de vino Pinotage. Un planazo la verdad.
Nos acostamos pronto aquella noche con la ilusión de levantarnos antes del amanecer para llegar de los primeros a la apertura de la puerta de Crocodile Bridge del Parque Nacional de Kruger.