Hoy partimos con dirección a la isla de Phi Phi para pasar dos noches.
Como de vuelta de la isla volvíamos al mismo hotel de Ao Nang, solicitamos que nos guardaran allí gran parte de nuestro equipaje para ir con lo justo a Phi Phi: la silla de paseo de la niña, y una mochila con ropa y enseres suficientes para nuestra estancia.
Barco desde Krabi a las islas Phi Phi
A las 8:30 ya estaban preguntando por nosotros en recepción para salir con dirección al muelle de Krabi, desde el que parten los barcos hasta Phi Phi.
Esta vez se trataba de una minivan que compartimos, entre otros, con dos amigas españolas a las que no les acababan de convencer las playas tailandesas, al menos las que habían visto en Railay, y las 4 islas. A una de ellas, le parecían mejores las de Menorca, a la otra las de la Riviera Maya. La verdad es que la comparación es complicada, y más con esos dosdestinos, que para mí, junto con Tailandia, cuentan en conjunto con lasmejores playas que he visto hasta la fecha.
En lo que si quedamos de acuerdo fue en que Tailandia, sin ser un destino caro, no era tan barato como creíamos antes de emprender el viaje.
La minivan nos dejó en el muelle de Klong Jirad (Krabi), y a las 9:30 zarpó nuestro barco sin retraso. En algo menos de 2 horas ya estábamos desembarcando en el concurrido y bullicioso muelle de Tonsai, donde se concentra la mayor parte de oferta hotelera y de servicios de Phi Phi.
Longtail desde el puerto de Tonsai a la playa de Laemtong
La zona de Tonsai nos recordó por ello un tanto a Ao Nang, con lo que nos alegramos de haber reservado el hotel en la otra punta de la isla, en la tranquila playa de Laemtong.
Pero claro, como la tranquilidad no es fácil de conseguir en Tailandia había que pagar un precio por ella, en este caso, tener que contratar un Longtail privado que nos llevara desde Tom Sai hasta el hotel (en otras épocas del año hay un ferry que hace el trayecto dos veces al dia).
Nada más bajar del ferry los dueños de los Longtails, plano de la isla en mano, enseguida se ofrecen para llevarte a tu hotel. En nuestro caso empezaron pidiéndonos 1.300 Bahts y acabaron rebajándonos el precio a 1.000 bahts.
Como no teníamos prisa, y sabíamos que no íbamos a tener problema en conseguir un Longtail por ese precio, incluso por menos, decidimos dar un pequeña vuelta para conocer Tonsai ytomarnos un café en uno de los bares que tienen vistas al muelle. Ya sentados, se nos acercó un pescador que nos había visto interesarnos por el traslado a Laemtong, y acordamos con él dejarlo en 900 Bahts.
Nos tomamos el café y zarpamos en dirección al hotel.
El trayecto duró unos 45 minutos, y durante el mismo fuimos viendo todas las playas que salpican la isla con sus distintos resorts.
Por suerte, de todas ellas la que nos pareció más bonita fue precisamente Laemtong, aunque también nos gustó la playa de Loh Ba Gao, a su misma altura sino fuera por la horrorosa construcción de hormigón que tiene en su extremo, perteneciente al hotel Villa 360, y que desentona considerablemente con el resto de edificaciones.
Llegada a la playa de Laemtongm, primeras impresiones
Ya en Laemtong, tan pronto pusimos un pie sobre la playa, el servicio del hotel vino a recoger nuestro equipaje y nos obsequió con unos zumos y unas toallitas frescas mientras hacíamos el check in.
La verdad es que el hotel, P.P. Erawan Palms Resort, sin grandes lujos colmo sobradamente nuestras expectativas. Las habitaciones son muy grandes y limpias, el desayuno muy variado y correcto, y sobre todo, esta en una ubicación envidiable sobre la misma playa. Además, cuenta con un servicio de masajes a pie de playa bueno y económico.
Los otros 3 hoteles con los que comparte playa son, el Phi Phi Natural Resort, con el que comparte también dirección, situado en el extremo izquierdo de la playa, ya casi sobre las rocas, es el más económico de todos y destaca por su bonito restaurante sobre la arena. Entre ambos hoteles está el Zevola Resort, el hotel más caro de todo Phi Phi, pensado sobre todo para lunas de miel, aun siendo muy bonito nos resultó excesivamente caro.
Por último, en el extremo derecho de la playa se encuentra el Holiday Inn, que nos pareció tenía muy buena pinta, y del que destacamos su localización, pues está en la mejor y menos masificada zona de la playa.
Además de los hoteles, y sus restaurante, entre el Holiday Inn y el Erawan Palms hay una aldea de pescadores de la zona llamada Sea Gypsy Village, con restaurantes sobre la misma arena de la playa con buena comida a precios mucho más razonables que en los hoteles.
Uno de ellos ofrece pescado y marisco al peso, que te cocina allí mismo a la parrilla y te acompañan según elección con salsas o arroz, eso sí, hay que regatear. También hay una pequeña tienda para comprar bebida fría y todo tipo de snaks.
Es aquí donde los pescadores amarran sus Longtails y se ofrecen para hacer las excursiones a Maya Beach y a las cercanas Mosquito Island y Bamboo island.
Después de dejar nuestro equipaje, dedicamos el día completo a disfrutar de esa magnífica playa y probar los distintos restaurantes. Comimos en uno de los restaurantes del poblado Gipsy, el más alejado de nuestro hotel, un Arroz con piña muy bueno, un pollo con ajo, arroz y dos cervezas (500 Bahts).
Ya anocheciendo, acudimos a la bonita terraza del Natural Resort para ver el distraído espectáculo de fuego que tenían previsto para esa tarde con un Banana Shake y un Café Chocolate (280 Bahts).
Para rematar el día, volvimos a la Gypsy Village y nos decantamos con el restaurante de pescado al peso para cenar.
Nos dejamos aconsejar por un chino que parecía saber mucho de cangrejos, y que nos contó había estado varios años trabajando en Alemania. El caso es que nos escogió un cangrejo hembra, que acompañamos con 8 gambas a la parrilla y un arroz (520 Bahts).