Vuelo Madrid – Delhi – Katmandú. Swayambunath y Dubar Square.

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Día 1.- Madrid – Delhi – Katmandú

Vuelo Madrid – Delhi

Volamos con Lufthansa desde Madrid a Delhi con una escala de dos horas y media en Frankfurt. En total, incluyendo la escala, fueron 12h 35 minutos. Como siempre que hemos volado con Lufthansa todo salió perfecto, vuelos puntuales, aviones modernos, y comida correcta.
 
Nos llama la atención que tanto en el aeropuerto de Frankfurt,como en el Múnich, disponen de salas en la zona de embarque donde ponen a disposición de los clientes de forma gratuita café, té y prensa internacional. Nos preguntamos qué sucedería en España con las cafeterías del aeropuerto si se hiciera algo parecido.
 
A la llegada a Delhi uno enseguida se da cuenta de que esta en la India, y no sólo por el calor. Según bajas del avión, unos 20 asistentes indios, provistos cada uno de ellos con su correspondiente silla de ruedas, te reciben con su sonrisa profiden en espera de que alguna persona impedida necesite de sus servicios para ser trasladados a otra zona del aeropuerto. No es que esperaran a que en nuestro avión llegara algún equipo paralímpico, lo hacen con todos los vuelos, y es que en la India todo se magnifica, y para lo que en occidente habría una o dos personas, ellos disponen de diez, que para eso son más de mil millones de habitantes.

 

Escala en el aeropuerto de Delhi y vuelo hasta Katmandú

A pesar de que teníamos visado de la India decidimos no hacer uso del mismo e ir directamente a la zona de tránsito internacional para evitar los controles policiales de inmigración. Después de haber leído opiniones encontradas al respecto, confirmo que no es para nada necesario el visado de la India en caso de hacer escala en este país de camino a Nepal.

Nada más llegar nos dirigimos al mostrador de la sala de tránsito, nuevamente atestada de asistentes con uniformes de Air India y Jetairways. Explicamos que volábamos a Katmandú con Jetairwais. Comprobaron nuestro billete y nos pidieron el ver la pegatina de facturación del equipaje, pues aunque les dijimos que habíamos facturado el equipaje desde Madrid a Katmandú directamente (en Lufthansa sólo nos pidieron ver el billete de Jetairwais para ello) nos explicaron que tenían que recogerlo de la zona de equipajes y facturarlo de nuevo.

Tras tomar nota, nos invitaron a sentarnos hasta que localizaran el equipaje y tuvieran las nuevas tarjetas de embarque. Transcurrida una hora aproximadamente, nos llamaron para darnos las nuevas tarjetas de embarque de Jetairways con las que pasamos el control de policía en el que únicamente te piden ver el billete, y enseguida llegamos a la zona de embarque. Dentro del aparente caos y alboroto que reina en la India, todo termina funcionando con una sonrisa.

 A las 06:30 horas, después de nuestra reconfortante siesta de casi tres horas,
subimos al avión de Jetairwais camino a Katmandú. Siguiendo el consejo del que no recuerdo la fuente pero que siempre agradeceré, teníamos reservados los asientos en el lado izquierdo del avión (según se mira hacia la cabina del piloto), lo que nos permitió gozar de una de las imágenes que nunca olvidaré de nuestro viaje, la cordillera del Himalaya alzándose nevada al amanecer por encima de una manto de nueves. Realmente aquella visión fue algo espectacular, una pena no haber tenido la cámara réflex a mano y haber tenido que hacer las fotos con el móvil.
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Primeras impresiones de Katmandú

A la llegada al pequeño aeropuerto de Katmandú, tramitamos el visado on arrival rellenado el papel de inmigración que entregamos en el control de policial junto con una fotografía de carnet y 20 €. Otro visado más para la colección…

A la salida no estaba esperando Arjuna (Youwa Travel and Tours Pvt.Ltd.), junto con su cuñado, que haría la veces de nuestro conductor durante todo el viaje, para trasladarnos al barrio de Thamel a descansar a nuestro hotel (Nirvana Garden del que luego hablaré). La primera imagen que tiene uno de Katmandú es que se trata de una ciudad sucia y superpoblada, con mucha contaminación y tráfico, sin atracciones aparentes.

 

Estupa Swayambunath en Katmandu

Después,de dormir unas tres horas y darnos una ducha, muy cansados del viaje, iniciamos las visitas programadas para esa tarde, comenzando por Swayambunath.

Situado en la cima de una colina del extrarradio de la ciudad, se tarda en llegar desde Thamel unos 30 minutos en coche hasta el parking de la parte alta, desde el que apenas hay que subir unos escalones andando para llegar a la estupa. También se puede ir andando desde Thamel, pero la caminata es importante, y al final hay que subir unos cuantos escalones para llegar a la cima (creo que 365).

Se trata de un antigua estupa budista, muy utilizada como imagen de Nepal, en cuya parte alta de la que cuelgan banderolas de oración, se dibujan los ojos de buda, con lo que parece una nariz en el centro, y que realmente es el número uno en lengua nepalí, y representa la unidad divina. Los trece pináculos en la parte superior simbolizan que la sensibilidad tiene que pasar por trece etapas de realización espiritual para alcanzar la iluminación. Alrededor de la estupa hay múltiples santuarios y molinos de oraciones con el manta sagrado (om mani padme hum = salve a la joya del loto).

Desde la cima se tienen unas impresionantes vistas de todo  el valle de Katmandú.
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Según cuenta el manuscrito de Swayambhu Purana, en la antigüedad, lo que hoy es el valle de Katmandú era un inmenso lago donde creció una enorme flor de loto, justo en el lugar donde hoy se levanta la estupa. El lugar es muy fotogénico y espiritual, no obstante es un importante lugar de peregrinación para los budistas y refugio de algunos tibetanos en el exilio.

La estupa también se conoce como Templo de los Monos, ya que hay muchos macacos sagrados allí viviendo. Los monos son considerados sagrados porque Manjushree, el bodhisattava de la sabiduría y el aprendizaje, fue a lo alto de la colina donde se encuentra el templo de Swayambhunath, allí se dejó crecer yen su cabeza surgieron piojos, que luego se transformaron en los monos de los que descienden los que hoy podemos ver allí.

Para quien no puedan visitar Swayambunath,en una bocacalle de Thamel apartada del bullicio hay una réplica en pequeña de esta la estupa, se trata de la Stupa de Kathesimbhu (1650 dc) que bien merece ser visitada. Nosotros estuvimos el ultimo día de nuestra estancia en Katmandú.

Bajando por las escaleras sur hay una pequeña plataforma en la que hay una piscina circular en cuyo centro hay una estatua de Buda con un recipiente. La gente lanza monedas desde el borde la piscina para intentar meterlas en el  interior del recipiente, en la creencia de que si aciertan el deseo que previamente han pedido se cumplirá. Como nosotros no creemos en esas cosas, preferimos reservar nuestras monedas para otros menesteres.

Por lo visto, cada mañana y antes del amanecer, cientos de peregrinos budistas e hinduistas ascienden las escaleras de la parte oriental que conducen a la colina, pasan por el Vajra dorado, por dos leones que guardan la entrada y comienzan una serie de circunvalaciones a la estupa en la dirección de las agujas del reloj.

Como fuimos por la tarde no pudimos presencias esta peregrinación, pero si me pareció adivinarla con el zoom de mi cámara desde la habitación de nuestro hotel la mañana en que abandonamos Nepal.
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Katmandú Dubar Square y Palacio Kumari

Terminada la visita que nos llevó un par de horas, proseguimos dirección nuestro camino hacia la plaza histórica de la capital Katmandú, antes el reino de Kantipur, Katmandú Dubar Square (500 NPR). Casi toda la plaza data de los siglos XVII y XVIII y gran parte de los edificios originales son todavía más antiguos.

Sin embargo, el gran terremoto del 1.934 causó grandes daños y se tuvo que reconstruir gran parte de los edificios. Llama la atención que al igual que sucede con las plazas de Patan y Backtapur, los monumentos y escalinatas a los mismos son utilizadas por los nepalíes y las innumerables palomas que allí viven como lugar de reunión, lo que hace que el estado de conservación de los monumentos no sea el idóneo, al tiempo que le da un toque de cotidianeidad que lo hace especial, lejos de las atracciones turísticas al uso.

En la plaza se encuentra el Palacio Real, al que no se puede acceder con cámaras. A la entrada del palacio se encuentra la estatua de Hanuman (el rey de los monos), aunque aparece con un rostro rojo totalmente desfigurado y provisto de un paraguas y ropajes que le da un toque algo kitsch y estrafalario. En el interior, al margen de las vistas que se tienen desde la torre principal de 9 pisos y el templo de Hamunan con su torre circular, todo nos pareció es más o menos prescindible, sobre todo el museo.

Tras la visita del palacio real y de los bonitos templos aledaños, fuimos a visitar el Palacio Kumari, con forma de monasterio, fue construido hacia el año 1757, y tiene un bonito y trabajado ventanal que es utilizado por la Diosa Kumari para exhibirse. La Diosa Kumari que vive en su interior, es una niña seleccionada desde los 3 o 4 años, siguiendo un duro proceso de selección, en el que se valora su etnia, los datos astronómicos de su nacimiento, su belleza y su valentía, pues antes de elegir a la finalmente seleccionada las candidatas pasan una noche a oscuras en el palacio. La seleccionada queda finalmente encerrada en su palacio hasta alcanzar la pubertad, y sólo salen a la calle una vez al año para su festividad, día en el que se pasea en procesión por toda la ciudad.


Los fieles les rezan y son transportadas como imágenes en procesión. Nunca tocan el suelo, ya que, no caminan por sí solas.Cuando termina su reinado reciben una asignación económica, y tienen importantes problemas para casarse y tener una vida normal ¿Quién querría casarse con una Diosa?

Pudimos ver como se asomaba a la venta a eso de las 6 de la tarde (Esta terminantemente prohibido hacer fotografías). Era una niña de 6 o 7 años con mirada altiva, que cumplía con lógica desgana su cita diaria con los turistas, asomando su maquillada cabecita por la ventana después de hacerse un rato de rogar. La visión no nos resultó muy agradable, sobre todo pensando en la infancia perdida de esa niña, respetamos todas las creencias y tradiciones, pero sinceramente creo que a día de hoy no es aceptable que se juegue de esa forma tan cruel con una niña.

Tenemos pendiente leer el libro «De diosa a mortal” que cuenta la historia de una de estas niñas.
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Katmandu Thamel Nepal

 

Se supone que junto al Palacio Kumari hay unas oficinas de Turismo en las que enseñando el ticket de entrada y entregando una foto de carnet, te dan una tarjeta que te sirve para volver a entrar en la plaza hasta la fecha de expiración del visado en Nepal sin necesidad de volver a pagar entrada.

Terminamos la tarde dando un paseo por el concurrido y turístico barrio de Thamel de vuelta hasta nuestro hotel. Llegamos tan cansados que decidimos no salir a cenar, aprovechando unos sándwich que llevábamos desde Madrid, y quedarnos a dormir para coger fuerzas para el día siguiente.

 
Barrio tipico de Thamel Katmandu mejores visitas

Todas las noches que dormimos en Katmandú, las pasamos en el Hotel Nirvana Garden. Lo elegimos a la vista de las buenas críticas que leímos en Tripadvisor.

A pesar de que el hotel esta fantásticamente situado en pleno barrio de Thamel, cuenta con un bonito jardín, y la agencia nos procuró las mejores habitaciones (Nos alojaron en suites en lugar de en las habitaciones normales), no puedo recomendar este hotel, pues tiene una aspecto bastante abandonado y antiguo, los baños necesitan una reforma urgente, el agua caliente no siempre está disponible, y cuando lo está, uno corre riesgo de sufrir quemaduras de tercer grado, y la limpieza de las habitaciones es manifiestamente mejorable. Además, el primer día se rompió la cisterna y a pesar de que lo avisamos en recepción en dos ocasiones no hicieron nada por solucionarlo.

Por último, el precio del desayuno es absolutamente desorbitado, razón por la cual decidimos reservar únicamente alojamiento, e ir todas las mañanas al encantador y cercano Restaurante Mythos (Junto al famoso restaurante Everest Steak House) a desayunar café expreso con un sabroso desayuno continental (200 NPR).

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