Día 6.- Pokhara.
Amanecer sobre los Annapurnas desde Sarangkot
Una vez llegas al aparcamiento que hay en la cima de Sarangkot hay que elegir uno de los distintos miradores que existen y desde los que se aprecian una imponentes vistas, tanto sobre la ciudad de Pokhara con su lago presidido en lo alto por la blanca Pagoda de la Paz, como al otro lado, por debajo la nevada cordillera del Annapurna con el Fish Tail en el centro (Pico Machhapuchhare de 6.997m, y que al estar más próximo visualmente parece casi tan alto como el cercano Annapurna II de 7.937 m). Se supone que al norte se llega a ver el mítico Dhaulagari (8.167 m).
La estampa es realmente maravillosa mires donde mires, una pena que como era de esperar en esta época del año las nubes no nos permitieron ver las cimas más altas de los Annapurnas. Me imagino que los días despejados la visión debe ser de una belleza difícilmente superable.
Templo hindú de Bindhya Basini
Tras el bonito amanecer nos dirigimos al Hotel a desayunar, no sin antes hacer una parada en el camino para visitar en templo hindú Bindhya Basini, situado en el centro de la ciudad de Pokhara, dedicado a la diosa Parvati.
Nos llamó la atención que los monjes encargados del cuidado del templo eran niños. Paramos también a ver la Garganta del Rio Seti, que atraviesa la ciudad a través de una estrecha y profunda garganta que llega a tener una profundidad de 50 m.
Devi´s Fall
Después de un merecido desayuno continuamos con las visitas típicas de Pokhara, empezando por la Cascada del Diablo, también conocida como Devi´s Fall (60 NPR), en referencia al visitante Suizo que falleció allí ahogado con su novia tras precipitarse ambos a su interior.
Junto a la cascada, se encuentra también la cueva Gupteswar Mahadev (60 NPR), que tiene un templo en su interior dedicado a Shiva.
Para ser sinceros ninguna de estas dos atracciones turísticas nos llamó demasiado la atención.
Treking desde r la Pagoda de la Paz Mundial de Pokara hasta el Lago de Pokhara
Proseguimos nuestro viaje hasta la Pagoda de la Paz Mundial, situada en la cima opuesta al monte Sarangkot, sobre el Lago Pewa. Nosotros subimos en coche hasta el aparcamiento al que sólo los coches pueden acceder (los autobuses se quedan bastante más abajo).
Desde el parking tan sólo restan quince minutos de subida hasta llegar a la resplandeciente pagoda. Se trata de una estupa budista construida por los monjes budistas de la organización japonesa Nipponzan Myohoji y diseñada para proporcionar un foco para la gente de todas las razas y credos, y para ayudar a unirse en la búsqueda de la paz mundial.
Las primeras pagodas de la paz se construyeron como un símbolo de paz en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. A día de hoy existen unas 80 pagodas de la paz construidas alrededor del mundo, una de ellas, por cierto, en la población madrileña de Alcobendas.
A parte de la belleza propia del edificio la visita merece la pena por la vistas que desde lo alto se tienen del Lago, Sarangkot y los Annapurnas al fondo. Una pena que las malditas nubes monzónicas nos privaron también aquí de ver estas cimas del Himalaya.
Desde la pagoda sale un bonito camino de bajada entre arboles que lleva hasta las orillas del lago (30-40 minutos andando).
Ya en la orilla, se puede tomar una barca a remos para cruzar hasta el muelle de Pokhara, (el ticket se saca en el bar que hay junto a las barcas), y de camino si lo pides, hacer una rápida parada en la pequeña isla del lago en la que se encuentra el templo hindú Varahi Mandir, levantado en honor a Vishnu en su reencarnación como Jabalí.
Se trata de una peseo muy agradable para pasar una mañana en Pokhara.
El resto de la tarde lo pasamos descansando en la piscina del hotel y haciendo las últimas compras en la entretenida calle principal de Lakeside.
Ya por la noche fuimos a cenar al recomendado restaurante nepalés Pokhara Thakali Kitchen, especializado en la cocina tradicional del Valle de Mustang. Nos gustó bastante. Probamos la carne seca de cabra envuelta en trigo de sarraceno. Los Thalis tenían muy buena pinta.