Día 7: Kuching: Parque Nacional de Bako. Trekking de Tanjung Sapi y vuelta a Kuching
– Trekking de Tanjung Sapi en el Parque Nacional de Bako:
Aunque sobre el papel nuestra idea inicial era dedicar ese día a hacer la ruta circular de Lintang, el cansancio del día anterior hace replantarnos la jornada, y decidimos limitarnos a hacer el trail de Tanjung Sapi (700 m- 30 minutos). El camino, aunque corto, es bastante empinado, y no está en tan buenas condiciones como los del día anterior. Se trata de subir al acantilado que hay sobre la playa principal del parque, y el campamento.
El paisaje resulta bastante parecido al que puede verse en el Trekking de Paku, si bien, en lugar de terminar en una preciosa playa salvaje, este lo hace en un mirador en lo alto del acantilado, desde el que se ve toda la playa principal.
Tras el paseo, decidimos dedicar el resto de la mañana a descansar en la playa principal, hasta que a las 15:00 parta nuestro barco de vuelta. Martina, que no puede estarse quieta, se llevó un buen mordisco de un cangrejo al meter la mano en uno de los agujeros que les sirven de casas. Fue su primer percance con la fauna malaya.
Viaje en barca desde el Parque Nacional de Bako:
El viaje de vuelta en barco resulta muy accidentado. No sé porque extraño motivo últimamente siempre se nos avería algún barco.
Nos pasó en las Islas Phi Phi (Tailandia), donde de camino a la mítica Maya Beach nos quedamos sin motor al salir despedida una pieza por los aires, y la escena se volvió a repetir el año pasado en filipinas, cuando en la excursión de Balicasag la destartala Bangka amagó medio centenar de veces con dejarnos tirados en alta mar.
Aquí el problema parece que fue cosa de la bujía, nada grave, pues afortunadamente había cobertura de móvil y en menos de 20 minutos apareció otra barca con una nueva para solucionar el problema. Eso sí, el rato que pasamos a la deriva rodeados de chinos agobiados no fue muy agradable. Alguno empezó a perder los nervios y se lo contagió al resto, y eso es lo peor que puede pasar en un barco a la deriva.
Tarde de paseo por Kuching:
Tras el susto llegamos al muelle, y vuelta al autobús que nos dejó en la misma puerta del hotel. Aún cuando ya estaba anocheciendo tuvimos tiempo de darle el gusto a Martina de ir a la piscina a bañarnos. Desde allí, las vista del rio con el parlamento de fondo son realmente buenas.
Para cenar, nada mejor que volver al Topspot Food Court. Teníamos que despedirnos de Kuching de la mejor forma posible: Calamares, gambas, pescado fresco, pan de otras… ¿Qué más se puede pedir? Por 100 MYR nos pegamos un festín los tres.