Día 6: Kuching: Parque Nacional de Bako. Día de trekking y monos narigudos.
Visita del Parque Nacion del Bako:
Hoy teníamos por delante uno de los días más esperado del viaje con la visita al Parque Nacional de Bako, así que tampoco nos dio excesiva pereza tener que madrugar aquel día.
Muchos meses antes ya nos habíamos procurado una reserva para dormir en el parque, y es que el alojamiento dentro del Parque está muy cotizado. Para no trasladar todo el equipaje dejamos las maletas en el Riverside Kuching, donde volveríamos a la noche siguiente, y llevamos únicamente un par de mochilas con la ropa justa para pasar un par de días, y alguna que otra provisión de comida.
Desde Kuching al muelle desde el que parten las barcas al Parque Nacional de Bako hay algo menos de 30 KM, que nosotros optamos por hace en autobús local (Bus rojo nº 1. 3,5 MYR/p.p.), que tiene parada enfrente del hotel. Martina esta encantada con la idea de ir a ver monos narigudos, y sobre todo, con la de desplazarse en autobús. Desde que estuvimos en Londres el autobús se ha convertido en su medio de transporte favorito. La verdad es que el bus resulta cómodo, rápido y autóctono.
Una vez llegamos al muelle, enseñamos en la taquilla nuestra reserva de alojamiento y pagamos la entrada del parque (20 MYR/p.p.), y luego el precio de la barca, para lo que se puede elegir entre dos empresas con idéntico precio por el billete de ida y vuelta (50 MYR/ p.p.).
No tenemos que esperar mucho hasta que juntamos los 6 pasajeros, sin contar a Martina, que se necesitan para llenar la barca. El trayecto en barca, de unos 20 minutos, es realmente bonito: casas flotantes, manglares y finalmente la costa selvática del Parque Nacional. Una pena que este tan nublado.
Ya en tierra, antes incluso de registrarnos y tomar posesión de nuestra cabaña, podemos ver gran parte de la fauna de Bako: unos Proboscis (Monos narigudos) que nos reciben a lo lejos en la copa de un árbol; unos cuantos cerdos barbudos y macacos que esperan junto a la cafetería, y una Tropidolaemus subannulatus (Serpiente de la Fosa de Mindanao) descansa sigilosa mimetiza con las verdes ramas de una árbol. Parece mentira que, siendo tan pequeña, sea tan venenosa.
Si no es porque hay gente haciéndola fotos, nos hubiera resultado imposible localizarla entre las ramas.
Trekking de Paku Beach en el Parque Nacional de Bako:
Como no hemos venido a descansar en la cabaña, pronto salimos con la intención de hacer el trekking de Paku. Según el mapa que nos dan, el recorrido es de tan sólo 800 metros, pero se tarda en recorrerlo un tiempo estimado de 1 hora. Nosotros con Martina tardamos algo más, y es que el sendero discurre entre inmensas raíces, escaleras de madera y alguna que otra roca.
A la complicación del terreno se añade la pegajosa humedad ambiental que hace que no pares de sudar en ningún momento. Aún con todo, el paseo merece mucho la pena, y Martina a pesar del cansancio disfruta de lo lindo subiendo y bajando escaleras.
El camino va siempre junto a la costa, pero durante gran parte del recorrido es imposible verla a consecuencia de la inmensa vegetación que lo rodea. La sensación de quedarse parado y comenzar a escuchar los sonidos de la selva no tiene precio.
El tekking termina en una bonita playa desierta donde, después de la paliza, lo que más te apetece es darte un baño. Una pena que haya media decena de carteles advirtiendo que está prohibido bañarse. No sé si será porque hay cocodrilos o algún tipo de animal peligroso en el agua, o porque las corrientes son importantes, el caso es que no tenemos más remedio que resignarnos y conformarnos con las vistas.
Paseo en barca hasta la playa de Pandan Kecil con parada en Sea Stacks
Tan pronto vemos aparecer un pescador con su barca nos acercamos para ver si cuanto nos cobra por llevarnos en barco. Son 35 MYR por la barca, y podemos elegir entre volver al campamento base, o bien ir hasta la playa de Pandan Kecil.
Como estamos enteros y con ganas de seguir andando, optamos por ir a Panda Kecil, y para compartir gastos convencemos sin problemas a una pareja de italianos que acaban de llegar a la playa para que nos acompañen.
El paseo hasta la Pandan Kecil es muy entretenido. Por el camino se ven un par de calas más, y unas cuantas formaciones kársticas que parecen flotar sorbe el agua, como si de un diminuto Halong, Yangshuo o Krabi se tratara. La más famosa de estas formaciones, es la Sea Stacks con forma de Cobra.
Trekking de vuelta al campamento del Parque Nacional de Bako:
Ya en la preciosa o salvaje playa de Pandan Kecil descansamos un rato y damos cuentas de unos Sándwiches que llevábamos preparados, antes de emprender el camino de vuelta hasta el campamento base. Son 2,6 KM, y el tiempo estimado es de 1 hora y media. Nosotros tardamos casi el doble, pues pagamos en exceso el cansancio acumulado.
Este trekking nos resulta además menos interesante, porque aunque el paisaje es más variado, la vegetación es mucho menos abundante. Por el camino vemos cientos de pequeñas plantas carnívoras, y otras tantas curiosas libélulas.
Disfrutando de los Monos Narigudos en Bako:
De vuelta en el campamento nos disponemos a descansar en la cabaña antes de ir a la playa a disfrutar de la puesta de sol cuando de repente, unos estruendos nos hacen salir corriendo de la cabaña. Son los Monos Narigudos que saltan sobre los tejados de las cabañas.
Nos pasamos un buen rato viendo como saboreaban los frutos de los árboles a menos de diez metros de distancia de donde estábamos.
Si ver a los orangutanes había sido toda una experiencia, contemplar a estos otros primates con sus curiosas narices, sus graciosas barrigas y su mirada totalmente humana, no se queda a la zaga.
A Martina le hacen mucha gracia, y no es para menos, sobre todo cuando se ponen ha hacer soniditos. Dan ganas de llevártelos a casa.
Poco antes del atardecer los narigudos se dispersan. Es momento de ir a la playa a disfrutar de la puesta de sol.
Safari nocturno en el Parque Nacional de Bako:
Sin mucho tiempo que perder cenamos en la cantina del campamento. Ofrecen un bufet muy básico a base de arroz, nodels y algo de pollo frito. También hay fruta, y bizcochos. Suficiente para quitar el hambre y reponer fuerzas. A las 20:00 horas, comienza el Safari Nocturno que ofrece el parque (10 MYR/p.p).
Se trata de un paseo guiado, de más de una hora de duración, por las pasarelas de madera que hay alrededor del campamento, en busca de fauna nocturna. El guía se lo curra bastante, pero no sé si es que no tuvimos suerte aquella noche, o es que la cosa no da para más, pero el caso es que terminamos algo decepcionados.
El saldo final después del paseo fue el de un lémur encaramado a lo alto de un árbol, una curiosa rana cantarina, unos cuantos peces gato y alguna que otra lagartija.
A pesar de la pequeña decepción del Night Safari, nos acostamos aquel día con la satisfacción de haber podido disfrutar nuevamente de paisajes selváticos y animales salvajes imposibles de ver ya en casi ningún lugar del planeta tierra.