Día 5: Hermanus – Stellenbosch – Hout Bay. Día de Ballenas y viñedos.
– Excursión en barco por la bahía de Hermanus para avistar Ballenas:
Tras una pequeña charla explicativa de poco más de 10 minutos, zarpamos del puerto con la ilusión de ver alguna ballena. Durante la primera hora, la verdad es que no vimos nada. Cuando ya empezábamos a pensar que nos iríamos de Hermanus sin ver ni una sola ballena alguien dio la voz de alamar, a lo lejos, junto a otro barco que hacia la excursión, un gran chorro de agua que salía disparado desde el mar. Era una enorme ballena que a cada rato asomaba el lomo para respirar. Allá que se dirigió nuestro barco, que no dudo en ponerse junto a la ballena, y seguirla durante más de 30 minutos.
La pobre Martina, algo somnolienta por el madrugón y el “chute” de Biodramina, no dejó de alucinar con tan enorme pez.
– Ruta de los viñedos de Franschoek y Stellenbosh de camino a Hout Bay:
Ya de vuelta en tierra, partimos con el coche con la intención de conocer la zona vinícola de Stellenbosch y Franschoek, poblaciones insignias del que es el noveno país productor de vino. La idea era recorrer las carreteras R-43 y R-45 hasta Franschoek, comer allí en alguna de las numerosas bodegas, y luego pasar por Stellenbosch de vuelta a Ciudad del Cabo, el problema fue que al llegar a la R-45 la carretera estaba cortada por obras, lo que obligaba a dar una gran rodeo hasta Franschoek e hizo que tuviéramos que improvisar e ir directamente a Stellenbosch. El caso es que todo el trayecto por esas carreteras mereció mucho la pena, pues el paisaje es espectacular, mezcla de montañas, campos de cultivos, embalses y muchos viñedos.
– Cata de vinos y chocolates en las bodegas de Spier en Stellenbosh:
Como no podíamos irnos de allí sin probar el vino, no se nos ocurrió nada mejor que acercarnos a alguna de las múltiples bodegas que inundan el valle para realizar una cata. Al final, la bodega elegida por su proximidad a Stellenbosh fue Spier, donde ofrecen tres tipos de Wine Tasting. Nosotros nos decantamos por la Chocolate & Wine (70 ZAR pax), que combinaba 3 tipos distintos de vino con 3 chocolates. La elección fue muy acertada, sobre todo yendo con Martina, porque mientras nosotros disfrutábamos del vino, ella lo hacía de lo que más la gusta en el mundo: el chocolate.
– Llegada Hout Bay y cena en el puerto:
Llegamos anocheciendo a nuestro hotel en Hout Bay. Una pena, porque tuvimos que esperar hasta el día siguiente para disfrutar de las fantásticas vistas a la bahía que tenía nuestra enorme habitación en el Hout Bay Breeze. Para cenar, decidimos bajar al puerto a buscar suerte. La verdad es que todo esta muy muerto por la noche, y sólo encontramos abierto para cenar el Restaurante The Lookout. La cena no estuvo mal, pero echamos de menos algo más de ambiente.