Día 8: Yangshuo. En moto por el rio Yulong: Moon Hill, Arbol Baniano y Yulong Bridge.
Alquilando una moto para recorrer Yangshuo.
Nos levantamos aquel día con la idea de alquilar una moto para recorrer los aledaños del rio Yulong.
Aunque estamos acostumbrados a montar en moto, y es fácil ver en China, y en el resto de Asia, familias de 3 o incluso 4 miembros viajando en moto, nos daba algo de reparo la idea. Sopesando las alternativas, contratar un coche todo el día, y viendo que allí casi todo el mundo se mueve en moto, o incluso en bici para hacer las excursiones, no dudamos mucho en probar.
Alquilar la moto no fue complicado. Nada más salir del hotel dimos con una simpática lugareña tenía un puesto de alquiler de motos y bicis. De primeras nos ofreció una moto eléctrica (60 ¥), que allí son las más utilizadas y las que alquilan los Chinos, pero nosotros queríamos una de gasolina (100 ¥), pues nos parecía más cómoda para los tres y no teníamos que estar pendientes de la autonomía de la beteria. No hay problema, esperarme un minuto, nos dijo. La señora se marchó a su casa y volvió con un scooter de 125 CC, con un amplio sillín en el que entrabamos los 3.
Una pena que no llevaba sombrilla incorporada. Aunque parezca una tontería, el invento de la sombrilla nos hubiera sido muy útil para protegernos del sol y la lluvia. Como garantía la señora nos pedía que le dejáramos el pasaporte, a lo que nos negamos, y acabamos acordado con ella que con el DNI era más que suficiente.
Si alguien estaba contenta aquel día de subirse en la moto era Martina. Al reeeescate!!! gritaba emulando a la patrulla canina cuando apretábamos más de la cuenta el acelerador. Para ella fue toda una experiencia, y aún hoy recuerda con una gran sonrisa las excursiones en moto por China y Filipinas.
La Colina de la Luna.
Sin miedo, pero con algo de prudencia, abandonamos el centro de Yangshuó para acercarnos a la que iba a ser nuestro primera visita, la Colina de la Luna 月亮 山.
A 8 KM al sur de la ciudad se encuentra esta famosa montaña coronada por una formación rocosa con un enorme agujero redondo en su interior con forma de luna. Para ascender hasta ella hay que dejar la moto en el parking (34 ¥), y continuar a pie. Se trata de una dura subida, en gran parte escalonada, de algo más de 30 minutos.
Conviene hacerla de buena mañana para evitar el calor. Nosotros la verdad es que llegamos reventados arriba porque tuvimos que cargar con Martina, que aunque muy voluntariosa, a ratos pedia ir a hombros. En cualquier caso, la subida merece mucho la pena, pues las vistas del valle desde arriba son auténticamente espectaculares.
El antiguo arbol Banano de Yangshuo.
Muy cerca, de vuelta a la ciudad, paramos a ver el antiguo árbol Banano (38 ¥). Se trata de un milenario árbol de dimensiones considerables, a cuya sombra se ha construido un bonito parque, desde el que se puede cruzar en barca de bambú el rio para visitar una gruta. La verdad es que la visita nos pareció prescindible.
Puente Gongnong y el rio Yulong:
Subidos nuvamente en nuestra montura, tomamos el desvío que sale de la carretera principal, para tomar la turística carretera secundaria que discurre paralela al rio Yulong, no sin antes para contemplar el paisaje desde el puente Gongnong que está justo en el cruce.
Deleitados por el paisaje, lo que en un primer momento no era más que un pequeño chispeo pronto se convirtió en una fuerte lluvia que nos obligó a buscar un sitio donde resguardarnos. Por suerte, dimos con el precioso hotel Tea Cozy, donde aprovechamos para tomar algo de comer y beber en su porche mientras veíamos llover.
Aunque apartado de Yangshuó, nos pareció un sitio estupendo para dormir al menos alguna noche y disfrutar del espectacular entorno.
Yulong Bridge y las barcas para hacer paseos por el rio Yulong:
Tan pronto escampó, retomamos nuestro camino rio arriba hasta nuestro último destino, el Yulong Bridge, también conocido como Golden Dragon Bridge.
Se trata de un puente de piedra de más 400 años de antigüedad, construido junto a un pequeño pueblo, y desde el que parten decenas de barcas de bambú para descender rio abajo hasta el puente de Gongnong.
Nos quedamos con muchas ganas de hacer el paseo (230 ¥), pero aparte de que continuaba chispeando y amenazando lluvia, era ya algo tarde para hacer el trayecto en barco de 2 horas, y volver luego en taxi de vuelta para recoger la moto. El paseo tiene que ser fantástico, pues el paisaje es de película.
De vuelta ya en Yangshuó, devolvimos la moto, descansamos un rato en el hotel, y salimos a cenar.
Esa noche elegimos un restaurante tradicional chino, situado entre el hotel y la West Street, donde comimos un estupendo pato asado, acompañado de un arroz salteado con verdura, que nos supo de maravilla. Tras la cena, paseo por la West Street, hasta que saturados de tanta algarabía, decidimos dar por término ese fantástico día.