Día 11.- Kumbakonam – Thanjavur – Trichy
Templo Sri Sarangapani y Mahamahan Tan en Kumbakonam
Muy cerca se encuentra el Mahamahan Tank, enorme tanque sagrado, donde los hindús acuden a realizar sus baños purificadores, asearse y lavar la ropa.
Se cree que sus aguas fluyen directamente desde el rio Ganges, y cada 12 años se celebra una peregrinación que reúne a cerca de dos millones de personas que acuden allí para bañarse en sus aguas (La próxima peregrinación será en el año 2016).
Al igual que en el resto de la ciudad, la gente alucina un poco con nosotros, no están muy acostumbrados a ver turistas por allí, y como si de estrellas de rock se tratara nos piden hacernos fotos con ellos.
En los alrededores del tanque vimos varios caballos blancos engalanados con guirnaldas de colores.
Por lo visto, son utilizados por los novios el día de la boda para ir a casa de la familia de la novia a recogerla, acompañados por una banda de música y sus familiares e invitados varones. Cuando ya nos íbamos, tuvimos la suerte de cruzarnos con uno de estos cortejos. Al vernos hacer fotos, el feliz novio insistió en que les acompañáramos hasta la casa de la novia. Una pena que tuviéramos tantas cosas que ver ese día, porque la experiencia hubiera sido realmente interesante.
Por cierto, las bodas allí duran entre 3 y 7 días de media.
Templo Serpeite Nageshwara
Proseguimos con nuestro recorrido visitando el templo serpeite Nageshwara. Dedicado también a Shiva, allí es adorado en forma de serpiente (Cholas S. XII). En su interior asistimos a una ceremonia parecida a la que vimos en Chindabaram, bañando un Lingam de piedra con leche y aceite. A la salida coincidimos con un grupo de Indios de Jodhpur, ciudad del Rajasthan, que iban de peregrinación con sus características vestimentas. Quedaron muy contentos de vernos por allí, y más orgullosos de que conociéramos algo del Rajasthan.
Templo de Brahadeeswara (Brihadishwara) en Tanjore (Thanjavur)
En algo menos de una hora llegamos a nuestro siguiente destino, la ciudad de Tanjore (Thanjavur). Nuestra primera visita la dedicamos a la obra maestra de la escultura Chola, el espectacular Templo de Brahadeeswara (Brihadishwara).
Fue ordenado construir por el poderoso Rey Rajaraja Chola en el S. IX, para el culto a Shiva. A diferencia de la mayoría de los templos de la India del Sur, el Gopuram del templo no es muy elevado, mientras que por el contrario tiene una vimana de 62 metros de alto (el más alto de la India) y está rematado por una bóveda tallada en una piedra de granito de 80 toneladas. Recientemente se ha podido averiguar que para subir la enorme mole de granito fue necesario construir una rampa de madera de 6.5 kilómetros de longitud a través de la cual fue arrastrada la piedra gracias a la fuerza de los elefantes.
Aún quedan restos de esa rampa al oeste de la ciudad, y en el museo que hay en uno de los templos laterales se explica cómo fue la construcción. Como no podía ser de otra forma tratándose de un templo dedicado a Shiva, frente a su puerta hay una Nandi (El Toro vehículo de Shiva), en este caso de enormes dimensiones, se dice que el más grande la India.
Al templo acuden muchos indios en peregrinación y otros tantos como turistas. Se puede acceder al interior, y tras una larga cola visitar el santa sanctorum. Como en otros templos, a la entrada un elefante te bendice la cabeza con su trompa por unas pequeñas monedas, aunque su cuidador, al ver que eres extranjero, intentará sacarte algo más que algunas monedas
Al terminar la visita, nuestro amigable conductor, en un nuevo e infructuoso intento de que compráramos algo a sus amigos para conseguir su deseada comisión nos llevó a ver un taller de esculturas de bronce.
La visita fue interesante, pues nos explicaron todo el proceso, llamado “modelado a cera perdida”: consiste en hacer un primer molde de la figura en cera de abeja que se cubre con arcilla que rio, una vez esta seca la arcilla, se calienta a altas temperaturas para que la cera que hay en su interior se derrita y salga del molde a través de un pequeño orificio. Con el negativo del molde en arcilla hecho, el hueco dejado por la cera se rellena con una aleación fundida de metales (Cobre, estaño, zinc…), que al enfriarse se solidifica, momento en el cual se rompe la capa de arcilla para descubrir la figura de bronce, que posteriormente se lima con cuidado para sacarla brillo, y darle los últimos detalles.
Hubiéramos comprado algo, pero los precios eran realmente elevados, y la verdad es que ya tenemos demasiados Shivas, Ganeses y Budas en casa.
Comimos en el restaurante del Hotel Gnanam, y la verdad es que estuvo bastante bien.
Palacio Real (Maratha Palace) en Tanjore
A pesar del insoportable calor que hacía, continuamos nuestro periplo por Tanjore, con la visita del Palacio Real (Maratha Palace).
Nos resultó muy decepcionante, y no sólo porque el palacio se encontraba en obras, sino porque tampoco tiene mucho que ver, más allá de una interesante exposición de esculturas en bronce que nos sirvió para darnos cuenta que las diosas hindús no llevan faldas, sino pantalones, algunos de ellos además con diseños muy futuristas. Junto al palacio se encuentra la biblioteca Saraswati, de la que destacan las pinturas de distintas torturas chinas que tienen expuestas.
Lo mejor de esta visita fue, sin duda, acercarnos hasta el campo de Cricket que hay un poco más allá del palacio, donde nos divertimos un rato hablando y jugando con los niños que había allí y querían curiosear con nosotros. No creo que haya un lugar en el mundo donde los niños tengan unas sonrisas tan sinceras, y blancas, como aquí en la India.
Tras la visita, nos dirigimos al a ciudad de Trichy (Tiruchillappalli) donde teníamos previsto pasar la noche.
Para alojarnos elegimos guiándonos por Tripadvisor el Hotel Grand Gardenia, y creo que no nos equivocamos, porque al igual que el Sara Regency de Kumbakonam, es un hotel muy moderno, limpísimo con un personal muy agradable. Eso sí, está en el extrarradio de la ciudad, lejos del centro y de las atracciones turísticas.
