Día 5: Volcán Arenal y Catarata de la Fortuna.
Trail previo por el Hotel Casa Luna (La Frotuna):
Después de desayunar en el hotel, y antes de subirnos al coche para visitar el Volcán Arenal, decidimos recorrer un Trail que hay dentro del propio Hotel Casa Luna, y que discurre paralelo al rio de la Fortuna.
Se trata de un sendero que se tarda en recorrer menos de 20 minutos a pie. El paseo merece mucho la pena, sobre todo si como nosotros tienen las suerte de cruzarte en el camino con las diminutas y curiosas ranas Blue Jeans. La verdad es que una de las cosas que más impresiona de Costa Rica es que basta con adentrarse un poco en la vegetación para poder disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Una pena que no lleváramos en ese momento la cámara réflex y tuviéramos que conformarnos con fotografiarlas con el móvil.
Visita del Volcán Arenal:
La visita al Parque Nacional del Volcán Arenal incluye varios senderos que discurren por la base del volcán (Sendero Heliconias, Coladas y el Ceibo), y un mirador del cono volcánico. El precio de la entrada es de 15 USD por adulto.
La alternativa gratuita para visitar el Volcán, y por la que nosotros optamos, consiste en recorrer las carreteras aledañas al cono desde la que se tienen también unas impresionantes vistas del volcán, que se alza 1.633 metro de altura.
La última gran erupción del volcán fue en 1968, cuando destruyó todos los pueblos de los alrededores salvo el nunca mejor llamado pueblo de La Fortuna. Desde aquella erupción siempre ha tenido cierta actividad volcánica. Tanto que en ocasiones es fácil apreciar como desde su cono emana humo desde las fumarolas de su cráter principal.
En nuestro recorrido por la carretera llegamos hasta la bonita Laguna de Arenal, desde la que se tienen unas fotogénicas vistas con el volcán de fondo.
Por el camino tuvimos además la suerte de cruzarnos con una familia de Coatis.
Visita de la Catarata de La Fortuna:
A media mañana, después de haber tenido la suerte de poder contemplar el Volcán Arenal en todo su esplendor, nos dirigimos a visitar la famosa Catarata de La Fortuna (18 USD/Adulto, niños menores de 8 años gratis).
La Cascada esta dentro de una reserva privada, y para acceder a su base es necesario recorrer los 600 metros de sendero, con sus 530 escalones, que distan desde la entrada.
Cuenta con un jardín de orquídeas que debe ser muy bonito en época de floración. También dispone de un mariposario que nosotros encontramos bastante deteriorado.
La verdad es que si algo llama la atención de la Catarata de La Fortuna no es ni la altura de la caída de agua, ni su caudal, ni su singular belleza, sino el hecho de que es posible bañarte a los pies de la propia cascada.
La experiencia, no apta para cobardes, es realmente única, pues es dentro del agua a escasos metros de su ensordecedora caída, es cuando uno se hace realmente idea de la fuerza que lleva el agua. Sin ser una caída impresionante, dentro del agua uno se siente diminuto.
Para quien no se atreva, y para los más pequeños, existe la posibilidad de bañarse también un poco más abajo, en el rio, donde el agua está mucho más tranquila.
Conviene evitar las horas de máxima afluencia ya que la catarata es una atracción turística demasiado visitada, lo que sin duda le quita mucho encanto. La verdad es que si bien es cierto que la experiencia de bañarse junto con la cascada es única, la visita en si de la cascada nos decepciono bastante.
Después de subir los 530 escalones de vuelta nada nos apetecía más que volver a nuestro hotel para disfrutar de sus jacuzzis exteriores. Otra buena opción hubiera sido acercarnos a las famosas termas del Hotel Tabacón a bañarnos y cenar (85 USD/Adulto y 35 USD/niño), o decantarnos por bañarnos en las mismas aguas del rio Tabacón en los gratuitos Baños del Chollín, también llamados el Tabacón de los pobres por ser gratis.
Y para cenar no dudamos ni un solo momento en volver a disfrutar de la mejor comida peruana en el Restaurante Chifa La Familia Feliz. Nosotros la verdad es que hubiéramos sido muy felices cenando todas las noches allí.