Trichy y Madurai. Sririangam, fuerte de la Roca y ceremonia en Meenakshi.

Iniciamos el día con la visita del Templo Srirangam (Sri Ranganathaswamy temple), conocida como la gran ciudad de los templos, se encuentra situado en la isla de Kaveri, a unos 7 kilometros de Trichy.

 

Se le considera el mayor templo hindú en funcionamiento del mundo, y es que realmente es una pequeña ciudad alrededor de la cual viven y trabajan más de veintemil personas, a las que todos los día se unen cientos de peregrinos seguidores de Visnu que acuden al templo. Cuenta la Leyenda que el templo se construyó en el emplazamiento actual porque un día un escultor que esculpia allí una estatua de Visnu la dejo en el suelo para descansar, y cuando se dispuso a reanudar su trabajo ya no fue capaz de mover la estatua del lugar.

 

El edificio actual está rodeado por siete muros concéntricos, con veinteún gopurams muy coloridas y hornamentadas, algunas de ellas con una altura superior a 60 metros.

 

A la entrada del templo hay una taquilla donde cobran una entrada para aquellos que quieran subir a la azotea para ver los distintos gopurams. Es muy recomendable, no sólo las vistas panorámicas del templo y los gopurams, sino también porque desde arriba se puede observar a los peregrinos sin molestarles. Se hecha de menos no poder acceder al interior de los templos, ya que casi todos están vetados para los turistas.

Un Brahaman que había por allí se dirigió a hablar con nosotros intuyendo que éramos españoles, para decirnos que amaba a Rafa Nadal y no se perdía ningún partido suyo.

Es interesante también visitar la zona exterior del templo lleno de tiendas dedicadas a los peregrinos que acuden al templo, con puesto de frutas, flores y ofrendas varias para los dioses.

De vuelta la ciudad paramos en un templo que hay en la orilla del rio Cauvery, y es utilizados por los hindús para conmemorar el fallecimiento de sus seres queridos. La tradición manda acudir con la familia al completo para honrar la memoria de sus difuntos en el día de su aniversarios, que pasan allí rezando, bañándose en las aguas sagradas del rio, y compartiendo la comida.

Fuerte de la Roca (Trichy)

Ya en la ciudad, nos dispusimos a subir los más de trescientos escalones que hay hasta la cumbre del emblema de la ciudad, el famoso Fuerte de la Roca.

Enclavado en una roca 83 metros de altura, con una antigüedad aproximada de 3.800 millones de años, es tan antigua como las rocas de Groenlandia y mayor que la cordillera del Himalaya. La verdad es que la subida es muy cómoda al discurrir gran parte de ella techada.

En la cima hay un templo dedicado al dios Vinayaka, pero sin duda, lo mejor de alcanzar la cumbre son las magníficas vistas que se tienen de la ciudad, el rio Cauvery e incluso del Templo Srirangam que se divisa a lo lejos.

Traslado en coche desde Madurai a Trichy

Tardamos unas dos horas y media en llegar a Madurai, casi todo el trayecto se hace por autopistas y buenas carreteras.

 Los dos días que estuvimos en la ciudad nos alojamos en el espectacular hotel Heritage Madurai, un autentico hotel de cinco estrellas, bastante bien situado en el centro de la caótica ciudad de Madurai, pero rodeado de árboles centenarios y frondosos jardines. Aunque teníamos reservado un bungalow espectacular, la segunda noche optamos por pasarla en una villa con piscina privada pagando un suplemento de 30 €, y la experiencia no pudo ser más maravillosa. El restaurante del hotel a pesar de la categoría es asequible, aunque es verdad que la carta se queda algo escasa.

 

Ceremonia nocturna en el Templo Meenakshi (Madurai)

Ya al anochecer, acudimos al templo Meenakshi para asistir a la ceremonia nocturna, que se celebra todas noches, desde el Siglo XVII, a las 21 horas.

A esa hora, suenan las campanas en el templo anunciando el último rezo. Trascurridos 10 minutos, los brahamanes del templo sacan del Santuario de Shiva una limgan (representación de Shiva como falo masculino), que es transportado en el interior de un pequeño palanquín.

El palanquín es trasladado a hombros por los brahamanes, entre canticos, música y abundante humo de incienso. El cortejo va haciendo distintas paradas a lo largo del templo, hasta llegar al Santuario dedicado a la diosa Parvati (Esposa de Shiva y madre de Ganesh).

Durante el trayecto los fieles, algunos de los cuales rozan el trance al ver pasar el limgan, se lanzan al suelo para besar el piso allí por donde pasa la representación de su dios. La ceremonia termina con la introducción del lingam en el interior del templete de su esposa Parvati, donde permanece toda la noche hasta la madrugada del día siguiente en la que se vuelve a trasladar hasta su Pabellón para pasar el día.