Día 18: Kuala Lumpur. Chinatown, Templos, Parque Bukit Nanas y Torres Petronas.
Que ver en Kuala Lumpur en un día. El Barrio Chino.
Por delante teníamos dos días completos para conocer la ciudad de Kuala Lumpur. Tiempo suficiente para comprobar, si como dice mucha gente, la ciudad no tiene demasiado que ofrecer más allá de las Torres Petronas, o si por el contrario tiene otros atractivos que aunque menos conocidos, hacen hacen que la visita merezca la pena.
Con esa idea nos propusimos visitar en primer lugar el barrio chino. Para llegar el centro cogimos el metro en la cercana estación de Putra, lo que nos sirvió para darnos cuenta que es más económico y rápido moverse por la ciudad en Grab, que utilizar el transporte público, al menos, desde donde nosotros teníamos el alojamiento.
El barrio chino de Kuala Lumpur, se extiende a lo largo de la céntrica calle Jalan Petaling, repleta de puesto ambulantes de ropa y accesorios de imitación, y varios restaurantes chinos. También pueden verse las típicas farmacias chinas con sus remedios naturales. Nada distinto a lo que puede verse en cualquier Chinatown de cualquier ciudad de Asia, pero no deja de ser entretenido perderse por sus calles.
Templo Taoista de Guan Di:
Más interesantes sin dudas son los muchos templos que hay junto al barrio chino. El mas cercano, el templo Taoísta de Guan Di, pequeño y muy decorado, con sus vivos colores, sus leones y sus espirales de incienso.
Está en la paralela de Jalan Petaling, y sirve de referencia a los devotos de Chinatown que van allí no sólo a rezar, sino también a comer y hacer sus donaciones.
Templo Hindú de Sri Mahamariamman de Kuala Lumpur:
Muy cerca, en la misma calle, esta el famoso templo Hindú de Sri Mahamariamman.
Con lo que nos gustan a nosotros los templos Hindús y nos quedamos sin ver este. Resulta que al ver el templo corrimos raudos a quitarnos las zapatillas para pasar descalzos y las metimos en una mochila. Al llegar a la puerta, el guarda del templo se dirigió a nosotros muy mal encarado, diciendo que no podíamos entrar en el templo con los zapatos en la mochila y que teníamos que dejarlos inmediatamente en la taquilla habilitada al efecto, previo pago, claro. Aquello nos sentó a cuerno quemado, no es el dinero, es que no entendemos porque muchos indios entrar con sus zapatos en una bolsa, o los dejan a la entrada y nosotros que somos extranjeros nos no obligan a pagar el impuesto revolucionario del guarda-zapatos. Intentamos hacerle entrar en razón al guardia, pero cada vez se pone más malhumorado, así que decidimos prescindir de la visita.
Respetamos todas las religiones, amamos la India y nos encantan sus templos, pero una cosa es que haya que entrar descalzo, y otra muy distinta que se pongan así porque pretendemos entrar con los zapatos dentro de la mochila.
Templo Taoísta de Sin Sze Si Ya
Plaza de la Merdaka y Mercado Central de Kuala Lumpur:
Cansados de templos, dirigimos nuestros pasos hasta la Plaza de la Merdaka, haciendo una parada en el Mercado Central, que nos resulta poco interesante y demasiado turístico. La plaza epicentro días antes de la Fiesta Nacional de Independencia, destaca por el bonito edificio del Sultán Abdul Samad, que nos recuerda un poco al famosa Taj Majal de Bombai. Muy cerca, rodeada por agua del rio y altos edificios, esta la curiosa Mezquita Jamek.
Parque Bukit Nanas. Canopy junto a los rascacielos de Kuala Lumpur:
Desde allí, decidimos acércanos hasta el Parque de Bukit Nanas, donde esta la Torre Menara de comunicaciones con sus 421 metros de altura. Más que la torre, que ya se ve desde casi cualquier punto de la ciudad, lo que nos interesa es acercarnos al Canopy que hay en el parque. Para llegar aprovechamos el servicio de autobuses gratuitos que ofrece la ciudad (GoKL).
El paseo por los puentes colgantes sin ser nada del otro mundo, permite recordarte que donde hoy se levanta la ciudad antes había una selva que ha terminado engullida por los enromes rascacielos de Kuala Lumpur.
Baño en la piscina con vistas al Skyline de Kuala Lumpur:
Tras el paseo, acalorados y cansados, decidimos que lo mejor que podemos hacer a esa hora es volver al hotel a disfrutar de sus piscinas. Primero la de niños, y luego la de mayores donde vemos caer el sol sobre el Skyline de Kuala Lumpur.
Viendo las Torres Petronas de cerca:
Ya de noche, decidimos acercarnos hasta las Torres Petronas para verlas desde otra perspectiva. Como dice la gente, iluminadas son una mezcla entre una nave espacial y dos bonitos diamantes, pero sinceramente, después de ver rascacielos como los de Shanghai, Hong Kong o Singapur, no nos parecen tan impresionantes. Dimos también una vuelta por el centro comercial que hay en su base, el Suria KLCC, y terminamos cenando bastante bien en el Food Court que tiene en la última planta.