Día 12.- Kioto: Castillo Mijo, Sanjusangendo, Ginkaku-Ji (Templo de Plata), Gion y Santuario Yasaka
Hoy era nuestro último día en Kioto y nos quedaban muchas cosas por ver aún de la ciudad, así que nos levantamos pronto ese día para intentar aprovechar al máximo.
Castillo Mijo
Nuestra primera parada del día fue en el Castillo Mijo, muy cerca del hotel. Se trata de un castillo-palacio de la época Edo, construido en el año 1603.
Tras pagar la entrada (600 JPY), se accede al Castillo a través de la muy ornamentada puerta Karamon. Al margen de las salas de tatami, con techos y puertas correderas de estilo japonés con bonitas pinturas, lo más famoso del castillo es su suelo de madera, llamado de ruiseñor, porque al pisarlo chirria como si un grupo de pájaros hubiera entrado en su interior.
Lejos de tratarse de una solución estética, el suelo de ruiseñor fue inventado como medida de seguridad para alertar de la existencia de intrusos en sus dependencias.
La verdad es que el invento funciona y resulta muy curioso. Quien no tenga tiempo o ganas de ir al Castillo y no quiera marcharse de Japón sin saber que es el suelo de ruiseñor, tendrá oportunidad de sentirlo también el templo Sanjusangendo.
El Castillo merece la pena también por su bonito jardín exterior, el jardín Ninomaru, donde se puede pasar una mañana disfrutando de sus verdes praderas, estanques y sus variados árboles, todos ellos, impecablemente podados al estilo japonés.
Hasta el momento era el jardín que más nos había gustado de Japón.
A pesar de la llovizna intermitente, pasamos un rato muy agradable paseando tranquilamente por el jardín.
Templo Sanjusangendo
Desde el castillo, en el Oeste de la ciudad, nos desplazamos hasta el Sureste, para visitar el Templo Sanjusangendo (600 JPY).
Construido en el año 1164, Sanjusangendo es considerado el templo de madera más largo de Japón, y es famoso por albergar en su interior la famosa estatua de la diosa Kannon de los mil brazos, flanqueada por otras 1000 réplicas más pequeñas de la misma deidad, todas ellas elaboradas en madera de ciprés.
La diosa Kannon, muy popular en Asia, es considerada como la diosa de la misericordia, razón por la que se representa con múltiples brazos para poder ayudar a todos los desvalidos que solicitan su gracia.
Es una pena pero no está permitido sacar fotos en el interior del templo, prohibición de la que se encargan muy mucho de mantener sus monjes.
Templo Ginkaku-JI (Templo de Plata)
Tras comer algo y darle el biberón a la peque, nos dispusimos a trasladarnos hasta el Templo Ginkaku-Ji (Templo de Plata. 500 JPY), al Norte de la ciudad, bastante alejado de donde estábamos.
Aunque se supone que está basado en el famoso Templo de Oro, este es mucho más modesto arquitectónicamente, no sólo porque nunca llegó a estar recubierto de plata, sino porque además, la entrada al recinto hace que te encuentres el pabellón por su parte trasera, y su estanque, de menor tamaño, no consigue en ningún caso darle al pabellón la grandiosidad que se logra en Kinkaku-ji.
El protagonismo del estanque aquí lo suple el jardín Zen de arena blanca rastrillada, del que destaca sobre todo un cono de 2 metros de altura, que se supone representa al monte Fuji flotando sobre un mar de arena plateada.
Si bien el Templo Ginkaku-Ji en un primer momento puede llegar a desilusionar al visitante, el paseo posterior por su precioso jardín japonés acaba por merecer muy mucho la visita, eso sí, en este caso es imprescindible para hacer el recorrido ir con la mochila portabebés, pues el jardín se asienta sobre las montañas orientales de Kioto y está lleno de subidas y escaleras.
Si tuviéramos que elegir algún jardín de los vistos, sin duda nos quedaríamos con este, del que no nos importaría traernos a casa cualquiera de sus bonitos rincones.
Paseo de la Filosofia
A la salida del templo de plata nos adentramos unos metros por el famoso Paseo de la Filosofía, que discurre junto a un pequeño canal de agua rodeado cerezos y pequeñas casas de madera.
Una pena no tener más tiempo para recorrer sus 2 kilómetros hasta los templos de Eikan-Do y Nanzen-Ji.
Paseo pro el Barrio de Gion
De vuelta, decidimos pararnos en Gion. Nada más entrar en su calle principal nos cruzamos con un taxi que llevaba un par de Geishas en su interior, lo que provocó que como si de paparazis se tratara, los turistas nos abalanzáramos sobre el coche en busca de unas cuantas instantáneas.
La verdad es que la calle principal está muy animada a esas horas de la tarde, nada que ver con el panorama desangelado que nos encontramos ya entrada la noche días antes.
El templo Kennin-Ji
La calle conduce al templo Kennin-ji, que se supone es el templo zen más antiguo de la ciudad, aunque a día de hoy se ve muy remozado.
Santuario Yasaka (Templo de los faroles)
Aprovechando que ya había anochecido y que estaba muy próximo, antes de volver al hotel decidimos acercarnos al Santuario Yasaka, para ver iluminados sus farolillos.
A este santuario sintoísta acuden los files para pedir salud, sobre todo el día de Año Nuevo, donde se reúnen allí miles de personas.