Día 8: Monteverde - Bahia de Drake (Parque Nacional de Corcovado).
Cómo ir desde Monteverde hasta la bahía de Drake en el Parque Nacional de Corcovado:
El día se presentaba agotador. Por delante teníamos que recorrer los 310 KM que separan el pueblo de Santa Elena, del embarcadero de Sierpe, de donde salen los speedboats que te acercan hasta la Bahía de Drake. Son algo más de 5 horas de conducción, más otra hora de lancha rápida hasta llegar a la bahía de Drake.
Lo primeros 50 Km hasta que se abandona Monteverde son los peores. Luego la carretera mejora bastante, sobre todo cuando llega a la zona costera del pacífico.
Cocodrilos en el rio Tárcoles:
Por suerte, a 100 Km de Monteverde, y sin necesidad de desviarse, se puede hacer una parada interesante el el Puente del rio Taracoles (Localización: https://goo.gl/maps/kwrDRMJUpYCKpySq5), para observar desde allí como toman el sol los enormes cocodrilos americanos que habitan en el rio. Hay algunos de más de 4 metros de largo y 500 Kg de peso. Suerte que desde lo alto del puente no exista peligro de ser engullido.
El puente se ha convertido en un reclamo turístico de primer orden, y en su inmediaciones hay multitud de puestos de frutas y regalos. También ofrecen tours en barca para ver los cocodrilos mas de cerca. Por lo visto, son los lugareños los que se encargan de alimentar a los cocodrilos todos los días para asegurarse que siempre estén en las inmediaciones del puente y así continuar manteniendo el negocio turístico paralelo.
Mirador de Jaco:
Muy cerca del puente de los cocodrilos, y continuando camino hacia Sierpe, se deja a un lado la importante ciudad costera de Jaco. Se puede hacer una parada interesante desde su mirador para contemplar esa parte de la costa del pacífico famosa entre los surfistas por su buenas olas.
Quepos y el Parque Nacional de Manuel Antonio:
Más adelante dejamos a un lado la ciudad de Quepos, que alberga el que es el parque nacional más famoso y visitado del país: Manuel Antonio. Se nota que esta zona es la más turística y se hace patente más que en ningún otro sitio la existencia de muchos turistas y expatriados norteamericanos.
Al preparar el viaje nuestra primera intención era haber hecho una escala intermedia en Quepos, para hacer noche y aprovechar el día siguiente para visitar el Parque Nacional de Manuel Antonio. El problema es que el Parque esta cerrado los martes, con lo que pronto tuvimos que cambiar de planes, y dejar la visita de Manuel Antonio para el final del viaje, después de visitar Corcovado.
Uvita y el Parque Nacional Marino Ballena:
A la hora de comer pasamos cerca de Uvita donde se ubica el Parque Nacional Marino Ballena, famoso por sus playas y sobre todo por las excursiones que salen desde allí para ver Ballenas y Delfines.
Nuestra primera intención fue parar en la playa de Uvita y comer en algún restaurante de por allí. El problema es que toda esa parte del litoral pertenece al Parque Nacional, con lo que para acceder a la zona de playa es necesario abonar la entrada y acceder por algún paso habilitado al efecto, con lo que el tema se nos complicó bastante.
También intentamos sin éxito parar en la famosa Playa de las Ventanas, pero el camino de tierra que daba acceso a la playa estaba aquel día completamente inundado y decidimos desistir.
Al final terminamos comiendo en el Restaurante Mediterráneo Boca Coronado (https://goo.gl/maps/bCVEos4Y1xAs9YTS7) , donde disfrutamos de las relajantes vistas al mar desde su terraza, y dimos cuenta de una langosta del pacífico. No son las del Cantábrico pero están bien ricas, y son mucho más económicas. También probamos el ceviche costaricences, que tampoco es tan bueno como el Peruano, pero merece la pena.
Embarcadero de Sierpe y traslado en barca rápida hasta la Bahía de Drake:
Nuestro barco salía desde el embarcadero a las 16:00 horas (20 USD/Adulto). Allí todo lo tienen perfectamente preparado.
Te hacen aparcar el coche en alguno de los parkings vigilados que tienen preparados al efecto, y donde puedes dejar el equipaje que no quieras llevar hasta la bahía, pues no es muy recomendable ir cargado con las maletas en el barco.
Luego, en la cafetería junto al muelle, el avispado encargado te facilita los tikets y se ocupa de buscarte acomodo en alguna de las lanchas que sale a esa hora, mientras te vende un par de bolsas de basura para cubrir el equipaje e vitar que se moje durante el trayecto, y ya de paso algún coco o una bolsa de ricos machos injertados.
Las lanchas, son planeadoras provistas de unos potentes motores que las hacen volar por encima del agua. La primera parte del viaje transcurre por los escénicos manglares de Sierpe, para luego adentrarse en el bravío mar pacífico hasta llegar a la playa de Drake.
El trayecto en barco a esas velocidades y con esas olas no es apto para pusilánimes ni personas que sufran mareos o problemas estomacales. Nos recordó bastante al trayecto que hicimos en Speedboat durante nuestro viaje a Maldivas desde Male hasta la isla de Difhussi. Martina sin embargo se lo pasó en grande, y la velocidad y los botes sobre las olas le supieron a poco.
Ya en la playa es necesario desembarcar descalzo. Allí esperaba el gerente del Hotel Jacamar para ayudarnos con el equipaje y llevarnos hasta el hotel. La primera impresión de Drake colma nuestras expectativas. Llegar hasta allí es toda una aventura. El paisaje se ve espectacular, y el pueblecito desprende buenas vibraciones y muchas facilidades para el turista.
Hay que decir que existe la posibilidad de llegar a la Bahía de Drake en coche desde Sierpe. El problema es que hay que cruzar varios tramos de rio, con lo que en época de lluvias es imprescindible hacerlo en 4×4 y armarse de valor. Además, hay que tener en cuenta que las compañías de alquiler no cubren los daños por cruzar con el coche ríos.
En la barca coincidimos con una pareja española que había intentado hacerlo y tuvieron que dar la vuelta después de haber hecho uno de los cruces de rio, y no verse capaces de continuar.
